lunes, 25 de noviembre de 2024

15 técnicas de evaluación formativa para el aula

Es evidente que, cada vez más, se pone el foco en el carácter formativo de la evaluación. De hecho, dentro de un proceso de enseñanza-aprendizaje, parece lógico pensar que esta debería haber sido siempre su finalidad principal. En los últimos años, han proliferado formaciones, libros y referencias sobre evaluación formativa, algunos de ellos de reciente publicación. Redes sociales y otras plataformas están repletas de ideas y discusiones al respecto. Su impacto en la mejora del rendimiento está bien documentado, con un efecto medido en un tamaño de d=0.4, según diversos metaanálisis. Un valor suficientemente significativo, aunque, por supuesto, no exento de las limitaciones propias de este tipo de estudios.

Dicho esto, no pretendo aportar nada revolucionario con esta entrada. Sin embargo, me resulta evidente que, pese al interés creciente y las pruebas de su eficacia, la evaluación en nuestras aulas sigue dominada por su vertiente certificadora. Se prioriza cómo asignar un número (una calificación), incluso forzando conceptos como la evaluación continua hacia sistemas puramente porcentuales. Evaluamos competencias o criterios curriculares en enormes "sábanas" de datos, en un ejercicio casi obsesivo de cuantificación que no responde ni a los principios básicos de la medición ni a los de una evaluación criterial bien entendida.

Esta deriva numérica ha convertido la evaluación en un requisito administrativo, alejándola de su verdadero propósito: ser un proceso intrínsecamente ligado a la enseñanza y el aprendizaje, capaz de generar discusión significativa y promover mejoras reales.

Aun así, quiero aportar mi granito de arena, ofreciendo algunas técnicas de evaluación formativa organizadas según las fases del proceso de enseñanza-aprendizaje. Este es un pequeño compendio práctico, pensado para el aula, que espero sea útil para quienes buscan herramientas concretas que contribuyan a enriquecer la práctica docente.

Técnicas para el inicio de una unidad didáctica

Tarjetas ABCD
Consisten en preguntas de opción múltiple. Cada estudiante tiene un set de tarjetas con las letras A, B, C y D. Ante cada pregunta, levantan la tarjeta que consideran correcta. Es una alternativa sencilla (piensa en un "Kahoot manual") para activar conocimientos previos, revisar preconcepciones o conectar ideas clave con la nueva unidad.

Lluvia de ideas en carrusel
Divide la clase en grupos pequeños. Cada grupo recibe una tarjeta y un rotulador de color. Responden a una pregunta abierta o anotan lo que saben sobre un tema. Al finalizar, las tarjetas rotan entre los grupos para que cada uno lea y amplíe las respuestas de los demás. Al final, se revisan colectivamente y pueden servir para redactar ensayos que comparen, relacionen o resuman la información.

Rincones
Asigna un rincón del aula a cada posible respuesta de una pregunta. Los estudiantes se posicionan en el rincón que mejor represente su postura o nivel de comprensión. A partir de las discusiones grupales, pueden moverse entre rincones, reflexionando sobre cómo y por qué cambian sus ideas.

Los palitos
Escribe el nombre de cada estudiante en un palito y colócalos en una taza. Formula una pregunta a la clase, extrae un palito al azar y el estudiante seleccionado responde. Es útil para promover la participación equitativa y reducir la ansiedad asociada a responder en público.

La pizarra
Cada estudiante utiliza una pizarra pequeña para responder preguntas o escribir ideas. Ofrece una manera rápida y visual de comprobar su comprensión inicial.

Técnicas durante el aprendizaje

Rompecabezas
Divide la clase en grupos, asignando una pregunta diferente a cada miembro. Primero trabajan en grupo para evaluar su nivel de comprensión (desde "lo tengo" hasta "aún no lo entiendo"). Luego se reagrupan con quienes tienen la misma pregunta para colaborar en una respuesta. Finalmente, vuelven a sus grupos originales para compartir lo aprendido.

Preguntas-bisagra o de un minuto
Antes de terminar la sesión, plantea una pregunta breve y recoge las respuestas. Analiza los resultados para evaluar el progreso y comenzar la próxima clase discutiendo los hallazgos. Esta técnica está ampliamente documentada en el libro de Morales, M. y Fernández, J. (2022). Evaluación formativa: estrategias eficaces para regular el aprendizaje. Madrid: SM. O en esta entrada de Juan Fernández, uno de los autores: ¿Cómo podemos saber lo que nuestros alumnos piensan?

Estacionamiento

Crea un espacio físico o digital donde los estudiantes puedan dejar preguntas o reflexiones. Este "estacionamiento" puede ser revisitado durante el proceso de aprendizaje para responder inquietudes o abordar temas que surjan.

Dos estrellas y un deseo
Una técnica de feedback que puede usarse para coevaluación o autoevaluación. Los estudiantes identifican dos aspectos positivos ("estrellas") y un área de mejora ("deseo") en su trabajo o en el de un compañero.

Técnicas para finalizar una unidad

3-2-1
Pide a los estudiantes que resuman su aprendizaje:
3 cosas que no sabían antes,
2 aspectos que les sorprendieron, y
1 idea que les gustaría aplicar en el futuro.

Reflexión evaluativa
Tras una evaluación, guía a los estudiantes en una reflexión con preguntas como:
¿Qué aspectos te resultaron más fáciles o difíciles?
¿Qué harías diferente la próxima vez?
¿Qué sabías del tema que no pudiste demostrar en la evaluación?
Estas reflexiones, compartidas en grupos pequeños, pueden convertirse en una herramienta poderosa para mejorar futuras evaluaciones.

Para saber más

Main, P. (October, 2021). Formative Assessment Strategies: A Teacher’s Guide.
Dyer, K. (2022). 27 easy formative assessment strategies for gathering evidence of student learning.