jueves, 31 de diciembre de 2020

Perlas de una sesión de evaluación

Llevo dos meses en dique seco por algunos motivos: el inicio del trimestre ha sido especialmente complicado (es el primero de ellos) y, sumado a esto, me he visto envuelto en otros proyectos. Pero no quería finalizar el año, disculparme: de mierda, sin haber escrito alguna entrada más. Esta no es tan técnica, como pueden haber sido otras. Es más bien, diría yo, un desahogo tras las reciente sesiones de evaluación en las que estoy presente. Y me ayuda mi querida compañera y jefa de estudios, que también ha estado presente en muchas: Elena Baviera. Así que, allá vamos con las sesiones de evaluación.

Una sesión de evaluación es un acto administrativo donde se reúne un equipo docente presidido por el tutor o la tutora de un grupo de alumnos y alumnas. Se realizan al final de un trimestre con el fin de "validar", entre otras cosas, las calificaciones otorgadas en las distintas asignaturas. Suelen acompañar en estas sesiones un miembro del equipo directivo y se puede contar con el asesoramiento del departamento de Orientación.

En la normativa se especifican estas cuestiones, las más relevantes en la educación obligatoria:
  • Es el equipo docente el que celebra las sesiones (tanto para valorar los aprendizajes del alumnado, como los procesos de enseñanza y su propia práctica docente), coordinado por el tutor o la tutora.
  • Actúa de manera colegiada en el proceso y en la adopción de medidas de acuerdo a la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. Se ha de hacer constar las decisiones y acuerdos en un acta y se ha de informar al alumnado y sus representantes legales, si es menor, sobre el proceso educativo de éste, incuyendo las calificaciones en las materias.
  • Se realizan tres sesiones de evaluación durante el curso (una por trimestre), más una inicial durante el primer mes lectivo.
Y qué ocurre en ellas, ¿se parece esto en algo a una evaluación, atendiendo al sentido ortodoxo de lo que significa?

Miembros de la última sesión de evaluación
Fuente: La comunidad del anillo (Peter Jackson) - 2001

En nuestra modesta opinión, salvo raros esfuerzos, no. Es una suerte de repaso, alumno/a por alumno/a, de su transcurso académico: comportamiento, esfuerzo, rendimiento y temas personales. En este vídeo a modo de parodia “La Farsa de la Evaluación”, queda bastante bien descrita una sesión de evaluación. Todo hay que decirlo, la idea fue de Jose Luis Liarte (profesor de Música), el texto de Toni Solano (profesor de Lengua y Literatura, blog: Re(paso) de lengua) y el montaje, grabación y producción de Elena Baviera y Joan Collado, profesores de Música y Dibujo respectivamente.



Nos interesan particularmente aquellas expresiones, y no juzgamos a quien las emite, que esconden una concepción tal vez no demasiado acertada sobre qué significa evaluar. Son "perlas" (nótese la ironía) que en algún momento se escuchan, a veces frecuentemente, en estas sesiones, curso tras curso... Aquí va nuestro particular análisis para la reflexión.

Tiene un 4,6 pero le he puesto un 4

Aquí es cuando, o al profe de matemáticas le explota la cabeza, o se pasa por el forro (si está de acuerdo, le da igual o lo ha dicho él o ella) lo del redondeo al entero más próximo. Al resto, como no son de mates, se les puede perdonar, ¿no? Pues no,...Vamos a ver, aquí se dan otros fenómenos curiosos:

1. Invalida cualquier flamante hoja de cálculo con calificaciones parciales, medias aritméticas ponderadas, fórmulas condicionales y medición del rendimiento hasta la diezmilésima: 8,3467. ¿Para qué tanto?, es la pregunta. De esto se ha escrito otras veces en este blog, pero ¿de verdad la calificación del aprendizaje se asemeja tanto a medir características físicas como para hacer tanta media aritmética (ponderada o sin ponderar)? Además, con escasos valores como para que este estadístico de tendencia central sea el que mejor describa esa distribución de valores. Claro, luego un 4,6, y sin criterio de valoración del aprendizaje alguno, se convierte en un 4. Lo peor no es no tomarse en serio esto de los decimales, sino aplicar estas subidas y bajadas de calificación sin criterio pedagógico y a discreción, según me parezca y con los sesgos que tenga sobre ese alumno o alumna.

2. No hay atisbo, ni se le espera, de qué significa ese 4,6 en términos de aprendizaje y, por tanto, si realmente es que no ha llegado o se ha acercado más a un aprendizaje suficiente (se entiende que ese aprendizaje corresponde a una calificación de 5 en adelante). Esto implicaría alinear los aprendizajes evidenciados con unas descripciones del nivel de rendimiento, que cualquier docente podría hacerse adaptadas a su asignatura en función de las actividades de evaluación que ofrezca al alumnado y las propias características de éste.

3. Al menos denota un conocimiento notorio de los números borrosos, la Teoría de los Conjuntos Borrosos y la lógica borrosa, sin tener ni pajolera idea de qué es nada de esto. Vamos, que un 4, puede ser un 4 o un 3 o un 5. Sobre este tema, interesantísimo, hay artículos en el campo educativo como el de Xavier Gil i Joan Mateo: Modelos borrosos en la medición escolar (1993). Además, Xavier Gil tiene una tesis doctoral sobre este tema, y hay múltiples artículos con su aplicación a la economía y la toma de decisiones, entre otros campos.

4. Se parte de la falsa idea de que las calificaciones, de por sí, van a espolear el rendimiento. En la entrada sobre el feedback, ya se expuso que el efecto, por sí solo, que tienen las calificaciones en la mejora del rendimiento es ínfimo (desde luego no significativo). Y esto suponiendo que alguien que “saca” un 4, en lugar de frustrarse, va a luchar por mejorar.

Podríamos seguir con otras, pero van a ir apareciendo en frases que muestran una concepción de la evaluación similar a esta.

Es un 5, pero condicional, ¡ojo!

Claro: es que te lo regalo. Es más o menos como el caso anterior pero ahora, YO poseedor/a-de-las-calificaciones, juego a ser Dios, y decido quién está por encima del bien y del mal. Tal vez sea ese 4,6 que esta vez se ha convertido en un 5.

- Hoy te ha tocado a ti, guapa, ¡pero ojo! Si te portas mal arderás en el infierno de los suspensos el trimestre que viene.

¿Qué demonios es un aprendizaje suficiente condicional? ¿Alguien lo puede explicar? O es suficiente o no lo es, y esto no se explica con números, al menos sólo con ellos. El número es sólo la expresión simbólica de una medida, en este caso del aprendizaje, que ha de describir inequívocamente (salvo errores de medida) una característica.
Vaya, pero un teórico borroso no diría esto…¡Ufff, qué dilema! ¿Será que las calificaciones no son una medida? Entonces, ¿por qué hacemos medias? ¿O sí son una medida, pero igual no exactamente en una escala de intervalo o razón? 
¿QUÉ SON LAS CALIFICACIONES?, ¡¡¡ QUE ALGUIEN ME AYUDEEEEEE !!!



Nuevamente, esta práctica denota que no hay alineación entre qué significa el aprendizaje evidenciado por un alumno/a y la calificación que obtiene. Y que eso es lo de menos, porque las calificaciones son un arma de negociación y coerción.

Con las calificaciones se hacen más juegos parecidos a estos dos primeros. Quién no ha escuchado también:

Yo nunca pongo un 10

Nuevamente, ya que las calificaciones son un arma de negociación y propiedad del docente (de algunos/as). Incluso contraviniendo una norma, en la que se dice que las calificaciones van de 1 a 10. Se decide obviar el 10 de la escala, porque esto sólo está reservado para los héroes y semidioses que superen al menos 12 pruebas...Y ya veremos.

Como aplicadores de un programa educativo efectivo y de calidad, ¿nadie ha soñado con poner a todo el alumnado de la clase un 10? Sí, está claro, que al final no todo el mundo se esfuerza lo suficiente, no estudian e incluso algunos serán incapaces en su vida de hacer algo excelente, porque son “flojitos”, como el “hombre blandengue” del Fary, pero en versión estudiante.

Esta es otra muestra más, en la que no nos vamos a extender, otra perla de la evaluación, ligada a la calificación como las anteriores. Un 10 es algo a lo que todo alumno y alumna excelente tiene derecho y sobre todo, debe estar descrito en términos de aprendizaje.

Las faltas de ortografía son 2 puntos (menos)

Nos encantan estos bonus y “minus”, como el de la actitud (esa dimensión desconocida, en términos de aprendizaje). Una práctica nefasta que no tiene en cuenta el rendimiento demostrado y que lo socava con un criterio totalmente antipedagógico y arbitrario: de hecho hemos escuchado incluso que las falta de ortografía según el curso pesan menos: por ejemplo en 1º ESO: hasta 0,5 puntos, en 2º hasta 1,5 puntos y en 3º hasta 2 puntos...

Con esto no estoy diciendo que la ortografía no sea importante, incluso en Matemáticas. Pero se le puede dar la vuelta, especialmente si es un criterio de evaluación (prescriptivo) de nuestra área o asignatura (además de en la de Lengua), junto con otros aspectos que se han de tener en cuenta a la hora de presentar un trabajo o un escrito. Y el examen tradicional lo es. Por ejemplo, en lugar de restar a una competencia demostrada, se puede utilizar como criterio: Este examen vale hasta 8 puntos (conocimientos de Matemáticas en números enteros), y hasta 2 puntos (tiene que sumar 10, si no, no vale) en presentación de un escrito (ortografía, léxico específico, limpieza y organización…). De paso, ponemos en valor otros aspectos del aprendizaje, que realmente queremos tener en cuenta, sin sesgar la medida de unos conocimientos disciplinares.

Por supuesto, como debe ser una evaluación transparente, estos criterios deben estar explicitados desde el principio del curso, explicados y argumentados, asociados a un currículo prescriptivo y con sus instrumentos de evaluación asociados (en este caso para la cuestión de la ortografía valdría una escala de valoración). Y como no, dando la oportunidad de mejorar los aspectos deficientes con el oportuno feedback.

Ha aprobado, pero por la rúbrica

Esta quizá sea nuestra perla favorita...Es real, os lo prometemos que la hemos oído. Tampoco tiene mucho comentario, porque lo que denota principalmente son dos cosas:

  1. Un desconocimiento absoluto y profundo de que la rúbrica es un instrumento de evaluación tan válido y fiable como cualquier otro, y que sirve para evaluar determinados aspectos del aprendizaje.
  2. Que sólo los exámenes (en formato cuestionarios, claro) son la verdadera herramienta de valoración de los aprendizajes; y que otras no hacen sino distorsionar y favorecer los aprobados (inmerecidos en la mayor parte de los casos). La reproducción de conocimientos (mayormente medidos por estos cuestionarios) son el único aprendizaje válido, o al menos el más importante. A ver…Si tuvieran que pesar algo…¿adivináis el porcentaje de peso? ¿Era 70%?
  3. El instrumento, jamás es la prueba, la evidencia del aprendizaje. Permite valorar de forma válida (especialmente) y fiable, el aprendizaje. Es una confusión seria, sobre la que convendría reflexionar. Un alumno o alumna aprueba, se considera suficiente su aprendizaje, de acuerdo a unos criterios de evaluación, especificados en criterios de realización, que pueden (o no) cuantificarse.

¡Bravo por la rapidez de la tutora!

Se aplaude a aquel tutor o tutora que pone en marcha el turbo y acaba lo más rápido posible. Lo más importante en una sesión de evaluación es ser puntual y que el/la tutor/a acabe muy pronto. Prima el tiempo por encima de indicadores de logro tales como “coordinación eficaz del equipo docente, conocimiento exhaustivo de cada alumno/a, previo a la sesión de evaluación en cuanto a su rendimiento, situación socioeconómica, cultural, familiar, acceso tecnológico en casa (dispositivos digitales), posibles necesidades específicas…

La sesión de evaluación, en la mayoría de los casos, constituye el único momento de encuentro de todo el equipo educativo de un grupo de alumnos/as en el transcurso de 3 o 4 meses (una evaluación). En cambio, se puede convertir la sesión en una información exhaustiva del tutor/a sobre cada alumno/a (información, por otra parte, muy necesaria y valiosa para el equipo docente), sin haber tratado ningún acuerdo, decisión o propuesta de mejora consensuada por parte de todos; entre otras cosas porque, lo más importante es acabar pronto el día con tantas evaluaciones que se tienen.

La productividad de una sesión de evaluación, como en cualquier otro tipo de reunión, implica responsabilidad de cada componente del equipo (puntualidad, predisposición, actitud…). Gran parte de la improductividad de la reunión radica, justamente, en la actitud de algunos compañeros y compañeras que “aprovechan el tiempo” leyendo un libro, corrigiendo exámenes, preparando clases, respondiendo al móvil, hablando con el compañero de al lado… Mientras la tutora o tutor intenta llevar a cabo la sesión y que le escuchen y respondan a sus preguntas.

Es muy vago y le cuesta. Como es flojito, por eso suspende. No va a aprobar

Pueden ir las tres juntas o cualquier combinación de ellas. Esta no es nuestra favorita. Es quizá la que más nos duele.

De nuevo en la 1ª y la 2ª evaluación volvemos a escuchar a la compañera este juicio de valor sobre una alumna cuando el tutor le pregunta: ¿Qué propuestas le sugieres a la alumna para que mejore su calificación? Esta sentencia, cualquiera de ellas, esconde tras de sí la concepción de una evaluación diagnóstica, ya realizada en su momento al inicio del curso, que parece ser confirma las sospechas de la profesora, y que justifica y acredita el suspenso de la alumna. En una entrada de este blog se presenta un estudio precisamente del tema de las calificaciones en un 3er curso de ESO a lo largo de todo el curso. Y efectivamente, y tristemente, a los y las que se dice que no van aprobar, no lo hacen (¡incluso tras repetir curso!, esa medida tan efectiva).

La concepción de una evaluación formativa, en la que se plantean propuestas de mejora concretas es inexistente; como mucho, el tutor consigue sonsacar de la profesora la prevista frase: “a la próxima, que estudie más”. Por no hablar de que se desconoce que las expectativas (positivas) es un factor de alto impacto en la mejora del aprendizaje, y de cómo trabajarlo. Por tanto, si ya se conoce quién no va a aprobar en la 1ª evaluación o en la inicial: ¿qué papel tenemos los profesores y profesoras en esto del aprendizaje?, ¿qué relevancia tiene nuestro método pedagógico, nuestro programa educativo?, ¿qué tamaño del efecto, en términos estadísticos? ¿Cuál es el valor añadido de la escuela?


Sobre todo esto hay mucha literatura, pero esta entrada no acabará con un “Para saber más”. Esperamos que la entrada os haya entretenido, y os haya hecho pensar, e incluso cuestionar nuestras descripciones y argumentos. Todos y todas alguna vez regalamos perlas de este estilo. Están tan arraigadas las concepciones sobre la evaluación, que no podemos escapar de ellas, o igual no queremos.

¡Perlas! (aquí en Valencia se dice mucho, en este caso cariñosamente). Esperamos que el inicio de un nuevo año nos renueve a todos y todas. Nos haga crecer y ser mejores personas, ante todo, y también a ser mejores profesionales. Un abrazo. Javier y Elena.

martes, 15 de septiembre de 2020

Guía para la elaboración de pruebas de evaluación educativa

 Bienvenidos y bienvenidas a este nuevo curso atípico donde los haya. El comienzo está siendo realmente duro, pero juntos podremos con ello.

En esta entrada no me voy a extender mucho y además tampoco voy a exponer cuestiones de cosecha propia. En parte, porque las tareas en el centro son ingentes y hay que dedicar horas a que esto empiece a funcionar como debe.

Os dejo una guía interesante del Ministerio de Educación y Formación Profesional para la elaboración de pruebas de evaluación educativa, en concreto para la elaboración de cuestionarios cognitivos. El MEFP aprovecha su dilatada experiencia en el diseño de este tipo de instrumentos de evaluación para las evaluaciones generales de diagnóstico (LOE), ahora con LOMCE, evaluaciones individualizadas, de distintas competencias. Son interesantes las referencias que hacen también a los marcos de evaluación en la Ed. Primaria (3º Ed. Primaria y Final). Espero que os sea útil en la aplicación de muchas cuestiones en la elaboración de cuestionarios para clase.

(Pincha en la imagen para acceder al recurso)



jueves, 25 de junio de 2020

Evaluación de la competencia Conciencia y Expresiones Culturales en Educación Primaria

En esta última entrada del curso os dejo un documento que inicié en su día con un grupo de compañeros y compañeras, pero que finalmente por unas cosas y por otras dejamos de lado. Nuestra idea fue la de determinar, concretar, unas escalas de desempeño competente para cada una de las competencias clave para el final de la Educación Primaria. Todo ello basándonos en el currículo vigente de la Comunitat Valenciana, pero que bien puede valer para cualquier otro currículo de otras comunidades autónomas, y también en otras fuentes:

Que nadie espere encontrar fórmulas basadas en las calificaciones de los criterios o indicadores, o en medias ponderadas a partir de la calificación de las áreas. Cada vez estoy más alejado de esto, aunque entiendo que es el mal menor. En esencia, lo que vais a encontrar, en este caso para la competencia Conciencia y Expresiones Culturales, es una fundamentación de la competencia y cómo se concreta en unos descriptores en dos grandes dominios: conciencia (2 subdominios) y expresión (2 subdominios).

A partir de aquí se definen cuatro escalas de desempeño competente que permiten situar a un alumno/a que acaba la Ed. Primaria en cuanto a su competencia en conciencia y expresiones culturales.

Ejemplo de la escala de desempeño competente del subdominio 1a. Conocimiento de hechos y producciones culturales.

Acompañadas también, como una guía, de los contenidos (conocimientos, técnicas y recursos y procesos) extraídos de los criterios de evaluación que desde distintas áreas de la Ed. Primaria se relacionan con dicha competencia.



Por ejemplo, en este gráfico se representa, a partir de las relaciones que se establecen entre los criterios de evaluación con las competencias clave, el porcentaje de éstos relacionados con la competencia CEC respecto del total para cada área. Esto ya evidencia que a nivel oficial (currículo prescriptivo) hay alguna deficiencia, por ejemplo que esta competencia no está presente en todas las áreas (Ciencias Naturales y Ciencias Sociales o Valores Sociales y Cívicos). Y ciertamente, debería esto llevarnos a una rectificación del mismo...Además de otras que a nivel curricular se van demandando.

Finalmente, se acaban por dar ejemplos del tipo de evidencias que deberíamos recoger de nuestro alumnado para poder evaluar el desempeño competente para cada una de los dominios definidos.

jueves, 28 de mayo de 2020

Claves para una evaluación formativa

En esta situación, aún de confinamiento, han surgido webinars, presentaciones, infografías, posts, twits, etc. en torno a la evaluación formativa. ¿Por qué de repente esta fiebre por la evaluación formativa, tan necesaria antes igual que ahora? Quizá la "culpa" de que expertos y expertas en evaluación se hayan lanzado a esto de la evaluación formativa la tenga la Orden EFP/365/2020, de 22 de abril (la que establece las directrices de actuación para este tercer trimestre en el ámbito educativo). Y es que en el Anexo II de dicha normativa (Marco y directrices generales) en el punto 5. Adaptar la evaluación, promoción y titulación se lee:

"c) La evaluación de los aprendizajes desarrollados a partir de la suspensión de las actividades lectivas presenciales será continua y acentuará su carácter diagnóstico y formativo en todas las etapas, ciclos y enseñanzas, para valorar los avances realizados y los retrasos que hayan podido producirse, con objeto de planificar las medidas de recuperación que sean necesarias y programar el próximo curso."

Esta disposición pone el acento en esta finalidad de la evaluación, formativa, para el aprendizaje...Además de en el carácter diagnóstico que habría de tener para la planificación de acciones en el próximo curso. Pero, ¿es posible implementar en un trimestre aquello que se ha ignorado, o al menos no conocido con profundidad o confundido con otras cosas?¿qué nos dicen las evidencias en educación sobre la evaluación formativa?¿es posible implementarla en un entorno virtual? A estas preguntas se intentará responder con un esquema sencillo: 1) Qué es la evaluación formativa, 2) Cómo se puede diseñar el currículo para favorecer la evaluación formativa. El caso del entorno virtual, 3) Aclarar, compartir y comprender los criterios para el éxito, 4) El feedback.


Definición de evaluación formativa

Popham (2013, p. 14) define este tipo de evaluación como un "proceso planificado en el que la evidencia de la situación del alumno, obtenida a través de la evaluación, es utilizada bien por los profesores para ajustar sus procedimientos de enseñanza en curso, o bien por los alumnos para ajustar sus técnicas de aprendizaje habituales."

Por otra parte, Black y Wiliam (2009) señalan que en esta evaluación formativa la evidencia sobre el logro del estudiante ha de ser extraída, interpretada y utilizada por los docentes y el alumnado para tomar decisiones sobre los pasos siguientes de la instrucción que es probable que sean mejores o mejor fundamentados que las decisiones que se habrían tomado en ausencia de dicha evidencia.

Ambas definiciones señalan aspectos que toda evaluación (sea formativa o no) debe tener: que sea planificada y basada en evidencias que permiten  extraer e interpretar el logro para tomar decisiones, pero existen dos características en ambas definiciones que le imprimen carácter propio:
  1. Utilizarla para realizar ajustes en los procedimientos de enseñanza (profesorado) y de aprendizaje (alumnado) y,
  2. que estos procedimientos estén fundamentados para tomar decisiones mejores.

Un apunte, el uso de la evaluación formativa no implica dejar de utilizar la evaluación sumativa, simplemente tienen fines diferentes perfectamente compatibles. Lo que no es de recibo es que una institución como la escolar dedique mucha atención e interés a la evaluación sumativa (con propósitos de certificación de aprendizajes),  con mucho "aparataje" de por medio; y poco y mal sistematizado a la evaluación formativa.

Diseñar el currículo para una evaluación formativa

Implementar la evaluación formativa en el aula y en el centro, no es una cuestión de tres meses. O se ha hecho antes o ahora no se puede pretender que esto tire adelante en este tiempo, máxime cuando también ha cambiado sustancialmente el lugar de interacción del proceso enseñanza-aprendizaje.

Se pueden determinar algunas claves que pueden ayudar en este largo camino:
- Análisis de los aprendizajes y su secuenciación

Fuente: Popham, 2013, p. 31.


En esto también pueden ayudar los organizadores de la planificación didáctica: tipo Canva para ABP, modelo de UDI's...(véase esta entrada: Cuatro organizadores para hacer más válida nuestra evaluación)

- Presentación de actividades donde se proporcionen puntos de comprobación y permitan distintos tipos de feedback: desde cuestionarios sencillos de respuesta cerrada y corta o ejercicios (permiten un feedback rápido), hasta actividades, más complejas, apoyadas en los ejercicios anteriores, que permiten de manera secuencial alcanzar objetivos más amplios con relevancia social o cumplir con un producto o un servicio... Y, aunque parece obvio, que estos ejercicios, actividades o tareas puedan arrojar evidencias sobre el aprendizaje que pretendemos comprobar.

- Aclarar, compartir (y comprender) los intereses del aprendizaje y los criterios para el éxito mediante el uso de rúbricas, escalas de valoración o listas de comprobación; especialmente de los aprendizajes complejos. La cuestión no es quedarse sólo en el diseño del instrumento, sino compartirlo con nuestro alumnado previamente aclarando y comprobando que comprenden los criterios de realización y un desempeño de éxito.



Wiliam (2016) aclara cinco estrategias de clase que reparte según tenga que utilizar el docente, los compañeros (del alumno/a) o el propio alumno/a que pueden resultar útiles. (dejo la referencia al final del post).

I've got de power: el feedback

De la cantidad de factores que pueden incidir positivamente en el aprendizaje uno de los más poderosos es el "feedback" o retroalimentación, tanto que lo aumenta un 50%. Ahora, también es verdad que es el factor con más variabilidad y no depende tanto de la cantidad que se dé, sino de la calidad y cómo se utiliza.

Hattie (2017, p 153-180) dedica, además de una reciente publicación aún no traducida, un capítulo entero a la cuestión del feedback basado en su célebre meta-análisis, ahora ya con 250 factores analizados, repasando: la frecuencia con la que hay que proporcionar este feedback, los tipos o la interacción con distintos tipos de alumnado... Aquí algunas posibles claves, desde:

- Establecer preguntas según  niveles
 NivelesPrincipales preguntas Las tres preguntas del feedback
 1. Tarea ¿Se ha realizado la tarea correcta o incorrectamente?, ¿en qué grado de corrección?
¿A dónde voy?¿Cuáles son mis objetivos? 
 2. Proceso ¿Cuáles son las estrategias que se necesitan para llevar a cabo la tarea?, ¿se pueden llevar a cabo estrategias alternativas?¿Cómo voy a llegar allí?¿Qué progreso se ha realizado hacia los objetivos? 
 3. Autorregulación ¿Cuál es el conocimiento o la comprensión condicional para saber qué estás haciendo? Autosupervisión, dirigir el proceso y las tareas. ¿Cuál es el siguiente paso?¿Cuáles son las siguientes actividades que se necesitan emprender para progresar más?
 4. Uno mismo Evaluación personal y motivación por aprender 
Fuente: Hattie, 2017, p. 155

- O lo que funciona mejor del feedback (Shute, 2008):
  1. Centrar el feedback en la tarea, no en el alumno.
  2. Proporcionar un feedback elaborado (que describa el qué, el cómoy el porqué)
  3. Presentar el feedback elaborado en unidades manejables (por ejemplo, evitar la sobrecarga cognitiva)
  4. Ser específico y claro con los mensajes
  5. Proporcionar el feedback de la manera más simple posible
  6. Reducir la incerteza entre la puesta en práctica y los objetivos
  7. Ofrecer un feedback imparcial, objetivo, sea por escrito o a través del ordenador
  8. Promover una orientación del aprendizaje enfocado a objetivos (desplazar de la actuación al aprendizaje, dando la bienvenida a los errores).
  9. Proporcionar feedback después de que los alumnos hayan intentado plantear una solución.
Además se recomienda, según el tipo de aprendizaje, que:
- Debe ser inmediato si se trata de procedimientos.
- Al principio, si es para aprendizajes totalmente nuevos o que excedan la capacidad del estudiante.

Conclusiones

Para no hacerlo más largo de lo necesario, vamos a ir concluyendo con un resumen, también en formato de infografía de lo que funciona mejor y peor con esto del feedback y la evaluación formativa. A nivel muy concreto y práctico, para que os lo podáis llevar a clase (cuando regresemos).


Para este período virtual, también van surgiendo entradas interesantes que señalan aspectos de la evaluación formativa a considerar, aquí un par:

- Miller, A. (2020). Formative assessment in Distance Learning (Edutopía)

Y seguro que encontráis otras interesantísimas que también tocan el tema en cuestión, como por ejemplo  las aportaciones de Jaume Feliu (autor de Co-Rubrics): evaluación colaborativa o de Neus Sanmartí en vídeos o webinars recientes.

Todas estas fuentes van a enriquecer nuestra visión de la evaluación formativa, sabiendo que no hay recetas. Que sí, que hay que leer literatura científica y profesional y probarla en clase. ¿Todo? No, aquello que la evidencia demuestre que es más efectivo, en este mundo complejo de la escuela.

No parece que vaya a funcionar lo que se ve últimamente de enviar tropocientos ejercicios y después publicar al cabo de una semana el solucionario para que el alumnado se corrija: no parece ser muy inmediato, no es específico, no está adaptado a cada alumno y sus errores. Además el diseño de las "actividades" no parece tampoco seguir más que la secuencia que está en el libro, los ejercicios impresos en una sucesión de páginas. No ha sido la generalidad plantear actividades que lleven a un aprendizaje  profundo...Se ha apostado por la cantidad, más que por la calidad (quizá por un frenesí autojustificativo muy propio en el mundo académico español) como si el aprendizaje dependiese de hacer 300 fracciones repetidamente mal. Bueno sí, lo peor es que depende...De que se aprenda definitivamente mal a calcular con fracciones. Caballo grande, ande o no ande. Y de nuevo, cómo no, todo el debate centrado en la calificación...Lo siento, me aburro de tanto porcentaje, ponderación, puntos adicionales y puntos de sustracción, medias, medianas o medianeras...

Para saber más

  • Black, P. y Wiliam, D. (2009). Developing the Theory of Formative Assessment. Educational Assessment, Evaluation and Accountability, Vol. 21, No. 1, pp. 5-31.
  • Hattie, J. (2017). Aprendizaje visible para profesores. Maximizando el impacto en el aprendizaje. Madrid: Paraninfo.
  • Popham, W.J. (2013). Evaluación trans-formativa. El poder transformador de la evaluación formativa. Madrid: Narcea.
  • Shute, V.J. (2008). Focus on formative feedback. Review of Educational Research, 78(1), 153-189.
  • Wiliam, D. (2016). El rol de la evaluación formativa en los entornos de aprendizaje eficaz. En OCDE, OIE-UNESCO, UNICEF LACRO, La naturaleza del aprendizaje: usando la investigación para inspirar la práctica, Cap. 6. URL

sábado, 18 de abril de 2020

Cómo plantear la evaluación en un contexto virtual (II): análisis de documento de la conferencia sectorial de educación

Y aquí me descuelgo con la segunda parte prometida. Hace unos días, el 15 de abril, se hicieron públicas medidas más concretas para el ámbito educativo por parte de la Conferencia Sectorial de Educación (CSE). Y como es de esperar, las reacciones en diferentes foros han sido diferentes, también por parte del colectivo de docentes, ante las propuestas: desde su absoluta aprobación hasta su rechazo más rotundo. Quizá en España se haya tardado algo más que en otros países como Francia o Italia, pero creo que vale la pena ir avanzando, sin precipitarse, ante estas decisiones.

El documento toca muchos aspectos y de casi todas las enseñanzas no universitarias de régimen general (obligatorias y no obligatorias) y de régimen especial (como las enseñanzas artísticas y deportivas). Me centraré especialmente en las primeras, y dentro de estas, más en las obligatorias, aunque también especificaré alguna cosa más de las no obligatorias (Bachillerato y Formación Profesional). De los aspectos tratados, el que más me interesa es el de la evaluación y sus consecuencias, aunque ligado también a sobre qué se va evaluar (currículo y tareas de aprendizaje). No voy a citar todo el texto continuamente, para eso dejo el link al documento; sino más bien voy a entresacar la información, la voy a ordenar por una serie de temas comentados y realizaré la propuesta correspondiente si viene al caso. Perdonad si hay algún sesgo en la información seleccionada, procuraré que no, la mayor parte síntesis de lo escrito en el documento de la CSE aunque reorganizado. Aviso, es mi propuesta, mi opinión después del análisis. Ni la mejor, seguramente, ni la peor.


Disipando la confusión


Después de la comparecencia de la Ministra de Educación y del Secretario General de Educación, hemos leído y escuchado en distintos medios que España da el aprobado general. Por ejemplo:

- La Vanguardia (15/04/2020): aquí, para luego al día siguiente desdecirse (16/04/2020): “Por qué no es un aprobado general”.

- El País (15/04/2020): aquí, aunque previamente ya se preparaba el terreno: (14/04/2020): "La mayoría de profesores españoles rechaza el aprobado general".

He escogido dos periódicos al azar…los primeros de la búsqueda. En definitiva, en casi todos los medios sean formales o informales, no sólo aparece la cuestión del aprobado, también se suma al carro: “notas”, “promoción”, “repetición”, “evaluación”… Un galimatías que lleva a la confusión que como de costumbre se nos tiene acostumbrados; es el mejor caldo de cultivo para alentar a las masas que no quieren leer (aunque realmente todo esta ahí, blanco sobre negro), y prefieren ejercer el “cuñadismo”, en este caso pedagógico. Ya se sabe que para ser “cuñado” no hace falta ejercer la profesión de la que se habla, y si es sobre educación, ni te cuento.

Pues efectivamente, todos estos términos citados en torno al hecho de la evaluación, no son lo mismo. Voy a exponer aquí un diagrama sencillo, y posteriormente organizaré el análisis del documento de la CSE de acuerdo a cada uno de los elementos visualizados.


Como se aprecia en la imagen, aprobar o suspender no es lo mismo que promocionar o no promocionar. Las “notas” o calificaciones, condicionan a su vez el que una asignatura se supere o no; y éstas a su vez dependen de procedimientos numéricos (no voy a entrar en este tema) que al menos suelen estar explicitados en la programación didáctica, en los llamados criterios de calificación (cuya forma y contenido no es prescriptivo). Sí es prescriptiva la escala de calificación que se utiliza para calificar a una asignatura (de 1 a 10). Cuando se habla de evaluación sin más, queda indefinida la cuestión: no sabemos si se refiere a sus instrumentos y procedimientos, al hecho de calificar y las calificaciones y sus consecuencias: aprobar/suspender, promocionar/repetir. O a una cuestión más general de lo que se entiende por evaluación en su conjunto.

Desgrano las propuestas de la Conferencia Sectorial de Educación (CSE), generales y específicas por etapa, señalando lo indefinido o general y haciendo la propuesta pertinente, a quien interese.

Consideraciones generales


Una de las cuestiones que aparece en el texto es que las administraciones educativas harán las adaptaciones que resulten necesarias de la normativa actual. Esto me parece fundamental para proteger al propio sistema: a todos, ajustándonos a normas que no queden al albur de la interpretación de familias, centros o profesorado; máxime las que tienen consecuencias en la vida de las personas: repetir o no, titular o no, aprobar o suspender, las calificaciones (cuentan en algunos procesos de admisión a otras etapas), hincharnos a hacer “deberes” o no… Además el propio documento de la CSE incluye que las administraciones educativas establecerán los marcos generales para: adaptar el currículo, la metodología didáctica y la evaluación.

Propuesta 0: Establecer la normativa necesaria sobre los aspectos mencionados en el CSE y especificar aquellos aspectos que protejan a familias, profesorado y equipos directivos, especialmente los que tienen consecuencia sobre la promoción / titulación, no dejándolos a criterio de cada centro.

El documento también es interesante en cuanto a propuestas en torno a:
  1. Planes específicos de recuperación del vínculo escolar (alumnado desconectado, no localizable o con carencia de medios digitales).
  2. Herramientas y programas de formación adecuados para el alumnado.
  3. Adaptación del modelo de tutorías (organización, autorregulación y bienestar emocional).
  4. Acciones de orientación académica y profesional (4ºESO, 2º Bach. y grados de FP)
  5. Adaptaciones de acceso a alumnado con necesidades ed. Especiales y en general al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo.
  6. Recursos formativos y medios de apoyo para la labor docente.

Evidencias de aprendizaje: “tareas escolares”, competencias y aprendizajes esenciales


La Conferencia Sectorial de Educación especifica que se propongan en este período, actividades, a distancia o presenciales (que se puedan llevar a cabo) que:
  • Permitan el aprendizaje continuo y susciten interés por aprender.
  • estén adaptadas a su edad y características y a la situación excepcional,
  • sean globalizadoras, interdisciplinares y tutorizadas.
Previamente o como condición, la administración educativa, los centros y el profesorado deberá revisar los currículos y programaciones didácticas, renunciando a los propósitos iniciales, centrándose en:
  • Aprendizajes y competencias imprescindibles.
  • No penalizando o perjudicando el bienestar del alumnado sin sobrecargarlo de tareas excesivas.
  • Desarrollando actividades de recuperación, repaso, refuerzo y, en su caso, ampliación de aprendizajes anteriores que resulten necesarios para todo o parte de su alumnado.
  • Colaborando, reforzando las coordinaciones entre el profesorado, para hacer posible: la adaptación de las programaciones, actividades y criterios de evaluación, evitar problemas de sobrecarga de tareas, falta de acompañamiento docente o desigualdad de apoyo familiar.
En este caso nada que objetar. Creo que marca un camino a los centros para organizar, dentro del marco expuesto, cómo hacerlo con suficiente autonomía, que no es necesario especificar más en normativa. Un pero… Hubiese estado bien aclarar si las competencias son las clave o esto se queda en el terreno indefinido, como también se queda lo de “imprescindibles”. Complicado tema de cerrar en un trimestre en una normativa transitoria. Y una idea pesimista…va a estar complicado eso de globalizadoras, interdisciplinares y tutorizadas…uy, uy, uy. Además, los equipos directivos tendrán que estar preparados para lidiar con los límites de qué se considera tarea excesiva y qué se considera necesario ampliar.

¿Qué hay de los procedimientos e instrumentos de evaluación?


La cuestión general que plantea la CSE es que se adapte la evaluación del alumnado. ¿En qué aspectos? Algunos ya se aplican, aunque entiendo que aquí se quieren enfatizar:
  • Utilizar diversas modalidades: autoevaluación y coevaluación.
  • Combinar la información cualitativa y cuantitativa.
  • Evaluación continua de las actividades.
  • Acentuar el carácter diagnóstico y formativo para valorar los avances y retrocesos producidos y así planificar la recuperación y programar el próximo curso (comentaré esto al final de la entrada).
  • Considerar las evaluaciones de todo el curso.
  • Valorar los aprendizajes y competencias imprescindibles.
Todo esto ya figura en la normativa de evaluación, son orientaciones generales. Es decir no cambia nada. Y los problemas los vamos a tener en la cuestión de qué aprendizajes son los imprescindibles, como indicaba más arriba; y en el de siempre, entender qué es la evaluación formativa (que implica a la continua). Se entiende pues, que cada tarea se calificará cualitativa o cuantitativamente con los procedimientos e instrumentos habituales que tenga el profesorado, adaptados a esta situación; al igual que se debe hacer con los criterios de calificación de cada programación didáctica. Y consecuentemente comunicarlos a los estudiantes y sus familias.

Como en el post anterior ya hice un comentario sobre cómo deberían ser las tareas planteadas (evaluables) en este período, no me repetiré.

Profe, ¿vale para nota?


Pues no se dice nada sobre las calificaciones en el texto de la CSE, y he aquí el agujero negro que tiene el comunicado. ¿Esto quiere decir que se aprueba y suspende como habitualmente se hace? Entendemos que sí… Es decir que un alumno puede suspender dos, tres, cinco, diez… ¿Ha de cambiar alguna cuestión al respecto? Atender a lo que ya me he referido en el apartado de aspectos generales:
desarrollando actividades de recuperación, repaso, refuerzo y, en su caso, ampliación de aprendizajes anteriores que resulten necesarios para todo o parte de su alumnado.
Qué consideraciones deberíamos tener en cuenta para esto de aprobar o suspender la tercera evaluación (final). Aquí van dos propuestas, que bien podrían quedar más o menos definidas en normativa (lo esperable) o adoptarse en los centros, en el caso de que no se definan:

Propuesta 1: Para todo el alumnado al que la calificación en alguna asignatura, considerando las dos primeras evaluaciones, sea negativa se establecerán tareas de refuerzo y recuperación que les permitan superarlas con éxito en la evaluación final ordinaria o en su período extraordinario.

Propuesta 2: En ningún caso la calificación de una asignatura en la tercera evaluación (final) podrá ser inferior a la calificación máxima obtenida en las dos primeras evaluaciones, pudiendo ser aumentada en consideración de la valoración de las tareas efectuadas en el período de confinamiento.

O en lugar de a la máxima, a la media redondeada hacia el entero más cercano, aunque ya os digo que no creo en medias aritméticas hechas con dos valores…Manías.

Es más, cito lo que se dice para ESO, que también vale para Bachillerato:
En ningún caso, el alumno podrá verse perjudicado por las dificultades derivadas del cambio de metodología a distancia del tercer trimestre, y no podrá ver minorados los resultados obtenidos en las evaluaciones de los trimestres anteriores. (p. 9 y p.12)

Road to promotion


La indicación general de la CSE, como ya lo es, es que la promoción/titulación será la norma general, siendo la repetición una medida excepcional. Nuevamente se matiza un aspecto que ya está en normativa. Al que se le añade simplemente que la repetición será argumentada y acompañada de un plan preciso de recuperación.

Lo de argumentar es nuevo, la verdad, nadie argumenta repeticiones porque hay una norma que especifica cuando repetir o no, y si se hace una excepción cuándo y cómo hacerla. Y lo del plan específico de refuerzo para los repetidores, ya está regulado desde 2013, al menos. Que algunos han vendido esto como nuevo en su programa político, y no. Lo que ocurre es que pocos centros lo hacen o al menos no lo tienen definido formalmente en un documento, salvo en alguna comunidad autónoma que sí está bastante regulado y con modelo de documento estandarizado. Nada nuevo pues. Pero... se especifica por niveles cuestiones importantes:

Especificaciones sobre la promoción

Las Administraciones educativas podrán flexibilizar, de manera excepcional durante el curso 2019-2020, los criterios de promoción en todos los cursos de Educación Secundaria Obligatoria, sin tener en cuenta limitaciones que afecten al número de materias pendientes (pp. 8 y 10).
O para la titulación, sin lugar a dudas, en ESO y Bachillerato:
Las Administraciones educativas podrán flexibilizar los criterios de obtención del título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria, basándose en la adquisición de los objetivos generales establecidos para la etapa y el desarrollo de las competencias. No serán tenidas en cuenta limitaciones para obtener la titulación que afecten al número de áreas pendientes. Las decisiones sobre titulación se adoptarán en todo caso de manera colegiada por el equipo docente. (pp. 10 y 11).

No serán tenidas en cuenta limitaciones que afecten al número de áreas pendientes. El equipo docente valorará la adquisición suficiente de los objetivos generales de Bachillerato que permitan al alumno o alumna continuar su itinerario académico. (p. 13)
Este es uno de los aspectos que debería quedar reflejado en normativa y donde quizá haya más polémica. Efectivamente ni el aprobado es general, ni tampoco la promoción ni la titulación, como algunos dicen, pero:
  • Habrá comunidades autónomas que lo dejen como está establecido en normativa, sin flexibilizar (el “podrán” es una posibilidad, no un imperativo).
  • Habrá comunidades autónomas que flexibilicen, pero de desigual manera seguramente: desde promoción de todo el alumnado independientemente del número de asignaturas aprobadas o suspendidas, hasta regular un límite razonable en situación excepcional o unas condiciones valorables muy claras (independientemente del número).
  • Habrá comunidades autónomas que trasladarán el papel de la flexibilización a los centros educativos, la situación menos deseable desde mi punto de vista; la que más desigualdades va acarrear al alumnado y problemas va a crear a la administración (p.ej.: a la inspección educativa).
Así que, ante esta situación de indefinición, lanzo esta:

Propuesta 3: se podrá aplicar la medida excepcional de la repetición de curso en aquellos casos en los que se considere que por el número de materias no superadas en la evaluación extraordinaria no se aconseje su promoción/titulación y el aprovechamiento de las medidas de refuerzo planificadas para el primer trimestre del curso 2020-2021, justificado en el informe individualizado.


El informe individualizado


Este informe se va nombrando a lo largo de todo el documento, y debe sumarse a los documentos de evaluación ya establecidos por normativa. Es un documento que servirá a los propósitos de justificar el período que se establezca de refuerzo para el curso siguiente y, en su caso, la promoción/no promoción. Qué debe contener debería ser también una de las cuestiones a fijar por la administración educativa. Valga como propuesta un breve esquema:

Propuesta 4: Además de los datos del alumno/a y del centro, el informe individualizado debería incluir:
  • Valoración de las condiciones en las que se ha desarrollado la enseñanza a distancia en el nivel, al respecto de las tareas y asignaturas, con indicadores extraídos de lo establecido en la norma que se desarrolle a partir de este documento de la CSE.
  • Valoración de las condiciones de accesibilidad del alumno/a y posibles dificultades encontradas
  • Calificaciones del 1er y 2º trimestre, más la otorgada en la evaluación final o extraordinaria (aunque los documentos oficiales de evaluación servirían).
  • Criterios de promoción del alumno/a: por competencias clave, definiendo criterios de desempeño competente, o uno global o mejor 4 o 5 por competencia clave, para ser valorados con una escala sencilla, que estén contextualizados en situaciones de aprendizaje que se hayan podido dar en este período.
  • Decisión del equipo docente de promoción/titulación
  • Justificación de la no promoción, si es el caso (en base a lo valorado)

Espero que, aunque largo, sea de vuestro provecho. Y por favor, tómense estas aportaciones considerando que soy un profesional más de la educación, con una opinión que puede estar diametralmente en contraposición a las de otros profesionales. Hechas con la mejor de las intenciones, sumar siempre a esta situación. En esencia, estoy muy de acuerdo con el documento de la CSE, sólo que faltan matices y especificidades, y en mi opinión, algo de orden explicativo y precisión en algunos términos. Sé que queda el tema polémico de julio…Lo dejo para otros, pero apunto que para el análisis de los datos obtenidos de la situación, la planificación y programación del próximo curso, los equipos educativos tendremos que dedicar mucho tiempo si no queremos que se convierta en un parche. No dar clase no significa no trabajar, para aquellos que todavía siguen atacando nuestra profesión desde este argumento (que sí, que como en todos los trabajos hay personas que no trabajan en julio, y probablemente tampoco el resto del año). Para todos, compañeros y compañeras mis más sinceros apoyos en esta situación que nos ha tocado vivir. Trabajemos conjuntamente, ahora más que nunca.


Cuanta más información requiera el diseño de una herramienta, mayor inteligencia potencial confiere al usuario

(inspirada en Daniel Dennett)

domingo, 12 de abril de 2020

Cómo plantear la evaluación en un contexto virtual (I): evaluación de los aprendizajes

Cómo no, me veo un tanto obligado a manifestar mi opinión, en esta situación de excepcionalidad, en torno al tema de la evaluación en el sistema no universitario. Esta entrada (Parte I), la dedicaré a qué se puede realizar respecto a la evaluación del aprendizaje en esta modalidad a distancia y virtual. Cuestión que ya ha sido probada y resuelta desde hace años en las modalidades a distancia, pero que a los de la modalidad presencial nos ha pillado un tanto fuera de juego. Tanto por qué tipo de evaluación practicar y sus consecuencias, como por los recursos que podemos utilizar para ello.

Lo primero que tenemos que despejar, y que cualquiera puede intuir, es que la evaluación de los aprendizajes en un contexto virtual es totalmente factible. Además, muchos entornos virtuales de aprendizaje, plataformas telemáticas o sistemas de gestión del aprendizaje (LMS por sus siglas en inglés) como Moodle, Blackboard,  Chamilo, Sakai...ofrecen múltiples recursos para ello. Más adelante se exponen algunos de estos recursos, unidos a la presentación de tareas, que se pueden realizar en estas plataformas. En concreto en Moodle, que es la que más conozco y utilizo, y la que se utiliza por ejemplo en mi Comunidad Autónoma (bajo el nombre de Aules) y en los cursos de formación del INTEF. La entrada la organizo en tres aspectos de la evaluación: 1) tareas evaluables, 2) instrumentos y procedimientos de evaluación y 3) el currículo de referencia.

La organización de las tareas y la transmisión de conocimiento en un contexto virtual

Para que se dé la evaluación de los aprendizajes del alumnado es fundamental que se evidencien éstos. Es decir, que se dé la oportunidad al estudiante de poder demostrar un cierto nivel de competencia. Por tanto, lo primero que nos tenemos que preguntar es ¿qué tipo de actividades y tareas estamos proponiendo a nuestro alumnado en esta transición sobrevenida al mundo virtual? Y en este aspecto, por lo visto hasta ahora, los docentes proponemos de todo un poco: desde las tareas más clásicas como: resuelve los cinco ejercicios de la página 153, para lo cual no se necesita un entorno virtual, hasta verdaderos retos interactivos o cooperativos aprovechando todas las potencialidades que nos ofrecen éstos. Lo que, pensándolo bien, tampoco el tema está en el medio (virtual o presencial), ¿no?
En cuanto a la transmisión de conocimientos y la comunicación: podemos utilizar, nuevamente: lee la página 152 del libro (incrustando esta instrucción en una tarea o en una etiqueta, infrautilizando el recurso) pasando a proporcionar enlaces a sitios web externos de forma organizada, archivos en carpetas o sueltos... Hasta llegar a una combinación de todo esto y utilizar recursos muy potentes para presentar información a la vez que provocamos tareas de aprendizaje al alumnado, por ejemplo: lecciones, wikis o glosarios, que servirían como actividades, además de para transmitir conocimiento. Externamente a Moodle también se pueden utilizar apps como medio para realizar infografías, presentaciones interactivas, vídeos... O programas de código abierto para crear y organizar contenido educativo en soporte informático sin necesidad de conocer HTML5 o XML, como eXeLearning y subirlo como paquete IMS a Moodle.


Además, Moodle tiene un conjunto de herramientas para mantenernos comunicados con nuestro alumnado, cuestión de suma importancia en esta etapa que estamos viviendo y, en general, en la enseñanza virtual: foros (también puede ser una actividad), chats o el diálogo, una herramienta que permite la comunicación personal y privada con un/a alumno/a.

En cualquier caso, Kareem Farah en el blog Edutopia (4 Tips for Teachers Shifting to Teaching Online), desarrolla cuatro claves a tener en cuenta a la hora de plantear el trabajo digital a nuestros estudiantes:

1. Actividades sencillas y simples: instrucciones muy claras, donde se tengan que movilizar uno o dos recursos y accesibles en pdf.
2. Establecer una base de operaciones digital: estos entornos virtuales de los que estamos hablando pueden servir.
3. Priorizar actividades a largo plazo y gestionadas por el alumnado: dar tiempo y autonomía.
4. Contactar individualmente con el alumnado: por el medio que sea.

La evaluación de las tareas: recursos desde la plataforma Moodle

Una vez planteadas las tareas estamos en condiciones de poder diseñar y realizar la evaluación de las mismas (y si queremos su calificación como parte de ésta). En esta sección de la entrada planteo los diversos procedimientos e instrumentos de evaluación que permite una plataforma como Moodle, y que estoy convencido que en mayor o menor medida también estarán disponibles en otro tipo de plataformas. Todas las actividades de Moodle pueden ser evaluadas, y así algunas tareas y herramientas de comunicación como el glosario, wiki, lección y foro. En la imagen siguiente se presenta una tabla de doble entrada: actividad / instrumentos y procedimientos de evaluación.
De todas las actividades presentadas en esta tabla, tanto la consulta como la encuesta no son "calificables", por eso no llevan un instrumento de evaluación asociado. En el resto, con los instrumentos de evaluación se pueden generar calificaciones cualitativas y cuantitativas. En cuanto al feedback, desde cada una de ellas se permite, casi siempre, abrir la posibilidad al estudiante de reenviar su tarea tras esa retroalimentación.  Por último señalar que una de las herramientas de comunicación no incluida en la tabla, el foro, puede ser también  calificada por el profesor y por los propios compañeros con una escala.

Las posibilidades son inmensas y conocer el propósito de las actividades y las herramientas que tenemos a nuestra disposición va a permitir monitorizar el aprendizaje de nuestro alumnado, ofrecerle herramientas de evaluación adecuadas y especialmente proporcionarle el feedback que necesita para mejorar. Tanto la entrega de tareas como las calificaciones pueden seguirse en módulo de calificaciones de la plataforma, donde se presenta un especie de libro de calificaciones (tipo los que tenemos en otras aplicaciones o el cuaderno de evaluación del profesorado clásico). Y si a alguien le interesa si se pueden ponderar las actividades, establecer mínimos de superación, escalas propias...pues también. Del mismo modo, el cuestionario (el clásico examen) ofrece múltiples posibilidades, no sólo en formato de preguntas, sino también en cuanto a aplicación y restricciones de tiempo, intentos, preguntas al azar, itinerario...

Revisión de los resultados de aprendizaje y otras modificaciones

Aunque quizá sea este el primer elemento que debemos revisar en este cambio a lo virtual, lo sitúo aquí al final. Suele ser lo menos atractivo pero lo que, a mi modo de ver, debería ocupar un tiempo considerable: repensando colectivamente, como claustro, departamento, nivel o ciclo, qué aprendizajes se van a fomentar y cómo:

1. Revisando qué criterios de evaluación, estándares, objetivos...resultados de aprendizaje en general, resultan modificados por la nueva situación o al menos requieren de un nuevo planteamiento. Con ello quiero decir que si quiero responder al currículum establecido y además diseño mis unidades didácticas y mis actividades de acuerdo a ellos, quizá éstas deben sufrir alguna modificación en cuanto a medios, recursos y tareas evaluables (no digo calificables). Y quizá aquí las asignaturas que más habitualmente requieren de realizaciones: Música, Educación Plástica, Educación Física, Tecnología... se van a ver más afectadas. En definitiva, adaptar las programaciones didácticas de departamento y aula a la nueva situación donde los aprendizajes se evidencian de otra forma, o al menos mediante procedimientos diferentes.

2. Revisando y comunicando los cambios en los criterios y procedimiento de evaluación y  de calificación: aunque no vayamos a hacerlo de una forma numérica, no está tampoco de más comunicar al alumnado y sus familias, siempre que no hayan directrices de centro o de la administración en otro sentido. Es un ejercicio de transparencia que debería estar consensuado en el seno de los equipos docentes de ciclo o departamentos: qué consideración y significación tienen las tareas entregadas en este tiempo para el aprendizaje del alumnado, qué instrumentos y procedimientos de evaluación se van a utilizar y cómo se va a calificar cada una de ellas (si es el caso).


Conclusión: ventajas de la evaluación en un contexto virtual frente a un modelo presencial

No es que quiera abogar definitivamente por un modelo virtual, ni mucho menos. Considero esencial el modelo presencial: el calor, la interacción social, el cara a cara, los retos de la convivencia en un espacio físico que compartimos... Pero, si de algo nos tiene que valer esta experiencia, donde se manifiestan algunas debilidades del sistema educativo y, siendo autocríticos, de nuestra propia actuación como profesionales de la educación (no sólo las relativas a la competencia digital), es para sacar lo positivo y seguir adelante, aprendiendo y ofreciendo lo mejor de nosotros mismos a nuestro alumnado.

La evaluación "virtual" con las herramientas de las que hemos hablado va a permitir:
  • Obtener resultados inmediatos, especialmente cuando hablamos de los cuestionarios, tanto para el docente como para el alumnado.
  • Ofrecer retroalimentación diferida e incluso también inmediata.
  • Gamificar la experiencia de aprendizaje (y evaluación) en cuanto a concesión de insignias, competencias alcanzadas...
  • Ofrecer experiencias de coevaluación y de autoevaluación, con escalas y rúbricas integradas, como en los talleres.
  • Adaptar los recursos, con alternativas tecnológicas accesibles y seguimiento, al alumnado con necesidades específicas de acceso a la información. 
  • Personalizar las tareas e instrumentos de evaluación, e incluso los cuestionarios, dando posibilidades de intentos nuevos, de tiempo adicional,  de rúbricas y escalas personalizadas.
  • Informar al alumnado de su progreso y de la distancia a la que está de conseguir una competencia mínima con las tareas que ha realizado y han sido evaluadas.
  • ...

Obviamente, algunas de estas ventajas no hacen más que poner de relieve que va a haber parte del alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo al que se lo podemos poner fácil con recursos que podemos ofrecer y recomendar. Véase la interesante entrada del Antonio Márquez donde se ofrecen recursos para familias, alumnado y profesorado: Tareas accesibles y tecnológicas en tiempos de COVID. Desafortunadamente, a otros no podremos llegar fácilmente. Debemos tener en cuenta a aquel alumno/a que presenta problemas de acceso a este tipo de enseñanza: por falta de recursos y conectividad, por situaciones socioeconómicas y familiares complicadas, por abandono del sistema (ya en la modalidad presencial). No es un porcentaje bajo en un centro público. Como norma general, me atrevería a decir que entre un 8%-10% de media. Ante esto no podemos, ni debemos, quedarnos solos. Tanto la administración, con sus medidas más globales y con los recursos que pueda aportar; como el centro, con un plan de contingencia para estos casos, con o sin ayuda de las entidades municipales (Ayuntamientos, Servicios Sociales, Policía Local...) deberían dar respuesta. Si no, la evaluación no valdrá para nada más que aumentar la brecha educativa ya existente.

Recursos para los docentes

lunes, 16 de marzo de 2020

Evaluación de programas (I): algunas cuestiones teóricas



Sí, lo sé. Esto no es lo que generalmente se espera de este blog. Dedicado casi siempre a la evaluación del aprendizaje...Pero esto de la evaluación de programas no deja de ser algo práctico también que nos atañe como docentes y que tiene mucho que ver con el aprendizaje. De hecho, nuestra programación didáctica es un programa, que además en algunas normativas autonómicas (España) se exige su evaluación. En mi caso, orientación educativa, también se debe evaluar el PAT (Plan de Acción Tutorial), POAP (Plan de Orientación Académica y Profesional), insertos ambos en el Plan de Actividades del Departamento de Orientación. Además, toda actividad del centro educativo se vertebra en torno a programas, que no voy a enumerar (son muchos, ¿demasiados?). Tanto es así, que cuando se plantea la evaluación de centros, algunos prefieren hablar de evaluación de programas (de centro).
A lo largo de la entrada tocaré algunas cuestiones que para mí son fundamentales en la evaluación de programas. La primera, con la que abro, qué es un programa.

¿Hay diferencias entre plan, programa y proyecto?

Antes de plantear cualquier tipo de evaluación de programas quisiera comenzar por especificar qué se entiende por programa y su diferencia con otros conceptos afines que en muchas ocasiones se utilizan indistintamente, proyectos y planes, especialmente estos últimos.

Así un programa lo definimos como:
El conjunto de acciones organizadas y dirigidas hacia unas metas globales y/o complejas. Además los programas pueden incluir diferentes proyectos.

Un plan está conformado por el conjunto de objetivos y los medios (actividades, procedimientos, recursos, etc.) para conseguirlos. Con lo que la diferencia tampoco queda demasiado clara. Sin embargo, un proyecto tiene otras connotaciones más particulares y está dirigido a conseguir un propósito mucho más concreto y con una duración determinada.

Desde este punto de vista tendremos tal vez que hablar más bien de evaluación de planes y programas como un conjunto de estrategias y herramientas que están al servicio de la toma de decisiones en función de los objetivos que persiguen.

¿Qué se entiende por evaluación de programas?

En síntesis, se trata del juicio de la viabilidad, eficacia, valor, etc., de un programa en relación con los objetivos, normas o criterios declarados (ERIC Thesaurus). En esta primera definición ya nos encontramos dos elementos a considerar en la evaluación de programas/planes:

  1. Los objetivos que persigue el programa.
  2. Las características que permiten describir cualitativa o cuantitativamente el programa que tiene como referencia unos objetivos.
Otras definiciones, como la de Scriven (1999) indican que la evaluación se define como la investigación sistemática del mérito, bien o relevancia de un objeto. Así, asignar "valor" a los esfuerzos de un programa implica dirigirse a tres dominios interrelacionados:
  • Mérito (o calidad)
  • Bien (o valor; p.ej.: coste-efectividad)
  • Relevancia (o importancia)
Un enfoque de evaluación potente asegura que las siguientes preguntas han de plantearse como parte constituyente de la evaluación, para que el valor de los esfuerzos del programa puedan determinarse y los juicios sobre el valor puedan hacerse en base a evidencias.
  • ¿Qué será evaluado? (p.ej.: ¿qué es "el programa" y en qué contexto existe?)
  • ¿Qué aspectos del programa se consideran cuando se valore el rendimiento del programa?
  • ¿Qué estándares (p.ej.: nivells de rendimiento) han de conseguirse por parte del programa para considerarlo como exitoso?
  • ¿Qué evidencias se utilizarán para indicar como se ha desarrollado el programa?
  • ¿Qué conclusiones al respecto del rendimiento del programa se justifican comparándolas con las evidencias disponibles de los estándares seleccionados?
  • ¿Cómo se usarán las lecciones aprendidas de la investigación evaluativa del programa para mejorar la efectividad de la educación?
Son preguntas que deberíamos responder o abordar desde un punto de vista teórico-práctico antes de desarrollar la evaluación de cualquier programa- También deberíamos considerar si es necesario o factible evaluar un determinado programa. Aunque por imperativo legal, en educación, aquellos que están sujetos a norma hemos de evaluarlos, no deberíamos evaluarlos, o estaríamos en malas condiciones para la evaluación si:
  1. Los estándares para cualquier evaluación no se van a cumplir:
    1. Utilidad: la evaluación sirve a las necesidades de información de los usuarios.
    2. Factibilidad: la evaluación es realista, prudente, diplomática.
    3. Apropiada: la evaluación se lleva a cabo legal y éticamente y con la intención de procurar bienestar a los que están implicados y a los afectados por los resultados.
    4. Precisión: la evaluación revela información técnica adecuada.
  2. El programa está cuestionado.
  3. El programa no tiene una dirección u objetivos claros.
  4. Los interesados no están de acuerdo con los objetivos del programa.
  5. No hay recursos económicos para hacer una buena evaluación (la que pueda cumplir con los estándares del punto 1).
Si alguno de estos aspectos no está presente, es razonable poder plantearse la evaluación del programa. Y esta evaluación ha de producir conclusiones y hallazgos a tiempo, relevantes, creíbles y objetivos sobre el ejercicio del programa. Por tanto se ha de basar en la recolección de análisis de datos válidos y fiables.

Temas y ámbitos en la evaluación de programas


En la evaluación de programas se dan dos niveles de resultados:

a. Salidas operativas.
b. Resultados: beneficios/perjuicios a usuarios, resultados asociados a objetivos

Con estos dos niveles, se plantean tres temas generales de la evaluación:
1. Resultados: objetivos dentro de los presupuestos sin causar resultados negativos.
2. Efectividad del coste: si implica al método más apropiado, eficiente y efectivo (coste) para conseguir los objetivos.
3. Relevancia continuada: si el programa continua siendo relevante para las prioridades de la organización que lo promueve o de las necesidades de los usuarios.

Así y todo, la pregunta es, ¿cómo medir los resultados asociados a un programa? (problemas de medida), y lo más complejo, ¿cómo atribuir a un programa que es la causa de los resultados obtenidos? (problemas de atribución).

Una "reflexión" sobre la evaluación de los planes y programas del centro

Aunque hay mucha normativa en las distintas Comunidades Autónomas, y diferente, sobre los distintos planes, programas y proyectos que constituyen los ejes de acción de un centro educativo, podemos consensuar al menos los siguientes que aparecen en la Ley Orgánica 2/2006, de Educación, modificada por la Ley Orgánica 8/2013, para la mejora de la calidad educativa, (arts. 120 a 125):
  1. Proyecto Educativo (art. 121)
  2. Planificación estratégica (debería decir plan estratégico) (art. 122 bis); esta sospecho que no se ha desplegado en la mayor parte de centro educativos.
  3. Proyecto de Gestión (art. 123)
  4. Plan de convivencia (art. 124)
  5. Programación general anual (PGA) (art. 125)
Por ejemplo, en la Comunitat Valenciana (España), en las instrucciones de inicio de curso constan 14 planes y programas, más otros que pueda añadir el centro, además de los citados por normativa anteriormente: Plan de normalización lingüística, Diseño particular de los Programas lingüísticos que aplica el centro, Proyecto lingüístico de centro del Programa de educaciónplurilingüe e intercultural, Programa de reutilización, reposición y renovació de libros de texto y material curricular, Plan para el fomento de la lectura, Plan de igualdad y convivencia (este ya estaba citado),  Reglamento de régimen interior, con las normas básicas de convivencia (no es estrictamente un programa), Plan de atención a la diversidad y la inclusión educativa, Plan de orientación académica y profesional, Plan de acción tutorial, Transición entre etapas y modalidades de escolarización, Plan de formación permanente del profesorado para el desarrollo del Proyecto educativo, Proyecto educativo del comedor escolar...¿seguís ahí?
La PGA además incluye, en nuestro caso, el Plan Anual de Mejora, además de otros programas (algunos se relacionan estrechamente con algunos planes citados anteriormente): Programaciones didácticas, Programa de Orientación y Refuerzo para el Avance y Apoyo en la Educación, Programación anual del departamento de orientación, Programa anual de formación permanente del profesorado del centro, Programa anual del comedor escolar, Programa anual de actividades complementarias y extraescolares y servicios complementarios.

¡¡¡Buffffff!!! Really, George?


Todo esto se tiene que evaluar y reflejar en la memoria de final de curso, que ha de servir para realizar propuestas de mejora para el siguiente curso. Como comprenderéis cualquier parecido con una evaluación es pura coincidencia ya que cumplir con los estándares de utilidad, factibilidad, adecuación y precisión se hace misión imposible. Aún así, soy optimista y en lo que respecta a la evaluación de la programación anual del Dep. de Orientación, el plan de acción tutorial y el plan de orientación académica y profesional, de los que soy responsable, he iniciado un proceso de evaluación basado en evidencias que intenta explicar el grado de consecución de los objetivos fijados en ellos.
En las próximas entradas iré poniendo cuestiones más prácticas de para evaluar programas que os pueden ayudar en vuestra labor: 
- Fases: implicaciones y actividades.
- Estrategias en la evaluación de programas: inferencia causal, criterios, métodos, técnicas de análisis de datos.
- Un ejemplo de la planificación de la evaluación de un programa.


domingo, 16 de febrero de 2020

8 claves para la evaluación de la competencia lectora

En esta entrada vamos a revisar algunas de las claves para la evaluación de la competencia lectora. ¿Por qué es tan importante esta competencia? Porque su dominio determina el éxito escolar en cierto modo, es un buen predictor. No sólo es necesaria en el rendimiento en el ámbito lingüístico, sino que, en general, contribuye a un mejor capacidad para afrontar el acceso al conocimiento de otras materias.

Desde el ámbito de la psicología de la educación y la pedagogía, se han expuesto modelos sobre la comprensión lectora y qué otras capacidades y destrezas determinan una mayor o menor competencia en esta destreza lingüística. Aunque no es el objeto de esta entrada (ni de este blog), uno de los modelos que lo explican de forma sencilla es el Simple View of Reading de Gough y Tunmer (1986), donde la capacidad de lectura (comprensión) es fruto de la interacción entre la comprensión del lenguaje (comprensión oral) y la destreza de descodificación. Perfetti, Landi y Oakhill ahondan más exponiendo un modelo también muy interesante. En 2005 en la obra de compilación de Snowling y Hulme: The Science of Reading, describen una serie de capacidades cognitivas que entran en juego para determinar la competencia de comprensión lectora: el estándar de coherencia, la memoria de trabajo, la conciencia fonológica, el vocabulario, el conocimiento de estructuras textuales y también el conocimiento extra-lingüístico (p.ej.: conocer hechos, datos, principios...sobre el tema de un texto) entre otras.

Fuente: Perfetti (1999)


Tenéis todas estas referencias al final de la entrada, por si os interesa ahondar en la cuestión de la comprensión lectora.

Centrándonos en la cuestión de la evaluación, el modelo que se seguirá es el de PISA, aunque también recomendamos el marco de PIRLS de la IEA, quizá más adecuado para Ed. Primaria. Ambos modelos proponen una definición de competencia lectora y a partir de aquí definen el dominio de evaluación y consideran una serie de aspectos (tipos de textos y diferentes niveles de comprensión). Quizá lo que me interesa aquí señalar es que valorar esta competencia teniendo ciertas claves nos puede ayudar a determinar programas de intervención con nuestro alumnado con el objetivo de ayudarlos a mejorar y, en definitiva, a tener mayores posibilidades de éxito en su escolarización y en su vida. Aunque no sea para evaluar, seguir estas claves puede ayudarnos a plantear textos y preguntas sobre ellos que faciliten la intervención a distintos niveles y proponer un programa más personalizado para todo el alumnado.

Definición de competencia lectora

Según la OCDE en el marco de evaluación de la lectura (PISA 2018), la competencia lectora es:

...la comprensión, el uso, la evaluación, la reflexión y el compromiso con los textos con el fin de lograr objetivos propios, desarrollar el conocimiento y el potencial personal y participar en la sociedad.

A partir de aquí se establecen una serie de elementos a considerar para establecer claves en la evaluación:
- los procesos de la competencia sobre los que influyen los factores del texto, de las tareas demandadas y los del propio lector.
- los textos
- las actividades


Claves para la evaluación

1. Evaluar atendiendo a los procesos de lectura

Se pueden determinar cuatros grandes procesos en el procesamiento del texto, de menor a mayor complejidad cognitiva: 1) Fluidez lectora, 2) Localizar información, 3) Comprender y 4) evaluar y reflexionar. En cada uno de ellos se puede especificar aún más en subprocesos y de éstos en descriptores concretos que ayudarán a definir las actividades o ítems (preguntas) usadas en la evaluación, considerando el texto.

Fuente: OCDE (2018) Marco teórico de lectura. PISA 2018

2. Proporcionar textos variados

Se debería evaluar la comprensión lectora (o trabajarla) ofreciendo textos variados atendiendo a cuatro características:
- fuente: simple o múltiple
- organización y navegación: estático o dinámico
- formato: continuo, discontinuo o mixto
- tipología:  descripción, narración, exposición, argumentación, instrucción, interacción o transacción.
(están todos descritos en el marco teórico que se referencia al final del post).

3. Atender a criterios de calidad a la hora de seleccionar textos (estímulos)

Es una de las características que se comentaban en el post sobre Cuestionarios cognitivos (III): estímulos. Para el caso de los textos deberíamos atender, previamente a su selección para una evaluación, a:
  1. Grado en el que refleja el mundo real.
  2. Grado de adecuación cultural.
  3. Grado de adecuación lingüística.
  4. Grado de interés para el grupo diana.
  5. Grado de dificultad.
  6. Derechos legales (copyright, licencia libre de diversos tipos...).
En cuanto a la dificultad, los textos en sí mismos pueden plantear un nivel de dificultad debido a diversos aspectos del lenguaje. Aunque la tipología textual ya supone una dificultad al lector, básicamente por la frecuencia con la que se utilizan en el aula (por ejemplo, son más difíciles los textos discontinuos que los continuos porque se trabajan menos…Son más difíciles los textos argumentativos que los narrativos…) también lo son por las características del lenguaje: longitud (más cantidad de información), organización, vocabulario, tipología oracional, tiempo verbal, uso de recursos estilísticos…

Se puede realizar una aproximación a la dificultad textual mediante el uso de los índices de lecturabilidad. Uno de los más frecuentes es el Índice de Flesch o Flesch-Kincaid. Aunque la mayor parte de estos índices tiene en cuenta sólo el número de palabras, oraciones y sílabas, dejando de lado otros aspectos del lenguaje que deberán valorar los diseñadores de la evaluación, pueden ser una buena guía que nos oriente y permita la comparación entre diferentes textos. Hay adaptaciones como la que realizó Inés Barrio, fruto de su tesis doctoral: la escala INFLESZ, con el desarrollo consiguiente de una aplicación libre para PC (https://legibilidad.blogspot.com.es/2015/01/el-programa-inflesz.html). También se puede calcular desde páginas web que lo ofrecen gratuitamente junto a otros índices. En castellano recomendamos la página de Alejandro Muñoz Fernández (https://legible.es), es muy fácil de utilizar y da cuenta de múltiples índices, entre ellos la escala INFLESZ. Por ejemplo, esta entrada tiene un nivel normal en la mayor parte de índices, se necesitan 5.3 años de escolaridad para entenderlo (Crawford) y el tiempo estimado de lectura son 8,7 minutos.


4. Escoger textos utilizados para diferentes propósitos

Todos los textos pueden desarrollarse en una amplia variedad de situaciones. La situación se usa para definir los contextos y usos para los que el autor o autora ha elaborado el texto. La forma en la que la variable situación se especifica es sobre una supuesta audiencia y propósito, no se basa simplemente en el lugar donde la actividad de lectura se lleva a cabo o el fin para el que se lee.

El marco de PISA 2018 categoriza las situaciones usando una adaptación del Marco Común Europeo de Referencia desarrollado en el Consejo de Europa en 1996. Las situaciones son: personal, pública, laboral y educativa.

5. Aplicar técnicas de análisis de texto para generar buenas preguntas (o ítems)

Analizar bien el texto antes de lanzarnos a hacer preguntas nos va a posibilitar una mayor consistencia y validez de la evaluación. Supongo que existirán múltiples técnicas para realizar esto. Las que recomiendan o difunden los técnicos de la IEA para hacer las pruebas de PIRLS son:

  • mapa de texto: es una estrategia que permite identificar los elementos esenciales de cualquier texto, independientemente de su tipología. Casi todos los textos, especialmente los narrativos o los informativos tienen unos elementos comunes: tema, hechos principales, personajes principales, contexto o características del lenguaje... Se suele aplicar para textos de ficción y textos de no-ficción, variando algún elemento de análisis.
  • análisis estructural: las tipologías textuales de hecho se corresponden con una determinada estructura que además se puede especificar aún más. Veamos un ejemplo de una lectura utilizada en una evaluación de diagnóstico de la competencia lectora en la Comunitat Valenciana:


 6. Utilizar distintos formatos de preguntas (o ítems)


7. Atender a la dificultad de la preguntas.

La interacción entre proceso, formato de pregunta y texto establece una dificultad con la que se puede ir jugando a la hora de diseñar la prueba. Se deberían aplicar las preguntas más sencillas al principio de la prueba de evaluación para ir aumentando su complejidad paulatinamente.

8. Establecer estándares o puntos de corte que describan diferentes niveles de habilidad

Esto solamente puede realizarse si las preguntas están asociadas a descriptores clasificados en diferentes niveles de habilidad y si estas preguntas realmente se han diseñado lo suficientemente bien como para captar la habilidad definida en el descriptor y no otra. En el informe español de PISA 2018 se ejemplifica bien lo que se quiere decir con esta figura:

Fuente: MEFP (2019). Informe PISA 2018. Informe español (versión preliminar)


Si se quiere asociar a una calificación escolar, como la utilizada en España (de 1 a 10), ya que el aprobado es un 5, esta calificación debería corresponder con el nivel de lectura mínimo que queremos esperar de nuestro alumnado y no al acierto de la mitad de preguntas de una prueba, independientemente de cuál sea su dificultad y del tipo de preguntas que se acierte. Así la calificación, significaría algo en términos de aprendizaje y realmente se acercaría a una "medida" de este aprendizaje.

PISA establece unos niveles de lectura descriptivos asociados a puntuación. Podríamos decir que la puntuación media, en torno a 500 puntos, se sitúa en el nivel 3. Esta sería la descripción de lo que es capaz de realizar un alumno/a medio al finalizar su escolarización obligatoria.


Después de la evaluación de PISA 2018 se han publicado nuevos niveles de lectura, más bien ampliando la descripción de cada uno de ellos. Igualmente, podemos obtener preguntas ejemplo de cada uno de los niveles que pueden sernos útiles a la hora de plantear una evaluación propia de la competencia lectora. Se pueden encontrar en las páginas 29 a 36 del Informe español de PISA 2018, citado al final del post.

Nota final

El marco teórico de lectura de PIRLS es también un buen punto de referencia para diseñar evaluaciones de la competencia lectora desde este enfoque. En la página del INEE podéis encontrar mucha información, entre ella el marco teórico de 2016, quizá más adecuada por los cursos de Educación Primaria.
Asimismo, muchas editoriales están publicando herramientas relacionadas con este tipo de evaluaciones, por ejemplo:
  • Ed. Graó: Proves ACL para los tres ciclos de la Ed. Primaria
  • Ed. ANAYA: Cuadernillos para la Competencia Lingüística (en realidad lectora) por nivel de Ed. Primaria.
Este tipo de evaluaciones realizadas por centros, individualmente o de una zona, están proporcionando un punto de referencia externo, salvando las dificultades de comparación de niveles competenciales que tienen las calificaciones escolares (p.ej.: ¿un 7 en lengua castellana de todo el alumnado de centros de una misma zona implica un mismo nivel competencial?). Esto está siendo importante a la hora de configurar grupos heterogéneos en el instituto de acogida de referencia de centros de Ed. Primaria, o también a la hora de establecer programas de intervención con niveles personalizados y de intensidad creciente...entre otras actuaciones.

 Para saber más

- Gough, P. B. y Tunmer, W.E. (1986). Decoding, Reading and Reading Disability. Remedial and Special Education, January 1
- MEFP (2019). Informe PISA 2018. Informe español (versión preliminar). Secretaría General Técnica: Madrid. pdf
- OCDE (2018). Marco teórico de lectura. PISA 2018 - (versión traducida). pdf 
- Perfetti, C.A. (1999). Comprehending written language. A blue print of the Re. In: Hagoort P., Brown C. (Eds.) Neurocognition of Language Processing. Oxford University Press, Oxford, pp. 167–208.
- Perfetti, C.A., Landi, N. y Oakhill, J. (2005). The Acquisition of Reading Comprehension. In Snowling, M. y Hulme, C. (Eds.) The Science of Reading: A Handbook, Blackwell Publishing, Chapter 13.