martes, 11 de octubre de 2016

El papel de la evaluación en la taxonomía de Bloom (I)

Se hace necesario exponer la taxonomía de Bloom revisada. ¿Por qué? Porque existen multitud de entradas en blogs, pines, infografías, etc., que todavía plantean la taxonomía de Bloom original, la que publicaron en 1956 (Taxonomy qf Educational Objectives: The Classification of Educational Goals. Handbook I: Cognitive Domain). Esto no es necesariamente negativo, la taxonomía original es de gran ayuda, pero lo es más la revisión que realizaron Anderson, Krathwohl, Airasian, Cruikshank, Mayer, Pintrich, Raths y Wittrock en 2001 (A taxonomy for learning, teaching, and assessing: A revision of Bloom's Taxonomy of Educational Objectives).
No se va a entrar en las razones de por qué presenta un mejor y mayor desarrollo de la taxonomía original, ni en sus diferencias. Tampoco en los límites que pueda tener una taxonomía en sí misma. Además, existen otras taxonomías muy interesantes como la de Marzano y Kendall de 2007 que revisan a Bloom de igual forma. O taxonomías de otros dominios que no se llegaron a desarrollar completamente desde el propio grupo de investigadores que trabajaron con Bloom: del dominio psicomotor y del afectivo.
Simplemente, se presentan las dos dimensiones de la taxonomía válida para el dominio cognitivo, para entender cómo podemos utilizarlas para la evaluación.

 La dimensión de los procesos cognitivos y subprocesos

La dimensión del conocimiento

Y ahora todo junto, con ejemplos...

Así que, cualquier resultado de aprendizaje, sea declarado en nuestro currículo como criterio de evaluación, estándar de aprendizaje evaluable o indicador de logro...puede clasificarse según estas dos dimensiones. Veamos un ejemplo sencillo tomado del Center for Excellence in Learning and Teaching
No es difícil imaginar qué papel puede jugar la evaluación a partir de aquí, aunque se entrará en la segunda parte de este post a fondo.
Antes de cerrar esta primera parte...Si el proceso de evaluación de los aprendizajes no se hace en coherencia con los resultados de aprendizaje (de una determinada unidad didáctica, por ejemplo) y respondiendo a una determinada metodología, concretada en ejercicios, actividades o tareas..., difícilmente será una evaluación válida. Estos tres elementos curriculares han de ser inseparables.
Muchos de los problemas que tiene evaluación del aprendizaje, la que hacemos en las aulas, es precisamente que no sirve para los propósitos del proceso de enseñanza y aprendizaje, es ajena a cualquier metodología y actividades de clase, y mucho más a los resultados de aprendizaje que esperamos de los alumnos y alumnas (currículo). No es creíble. La evaluación ha de estar inserta en todo el proceso de enseñanza y aprendizaje, cierra un ciclo e inicia otro, considerando que sea evaluación formativa. Da pistas para la mejora del aprendizaje de ese alumno o alumna y nos da pistas a nosotros y nosotras como docentes sobre qué elementos de nuestra programación didáctica han de ser mejorados.

Para saber más

- Krathwohl, D.R. (2002). A Revision of Bloom's Taxonomy: An Overview. Theory into practice, 41 (4), 212-218.
- Marzano, R. J. y Kendall, J.S. (2007). The new taxonomy of educational objectives. California, USA: Corwnin Press.
- Wiggins, G. (1998). Educative Assessment: designing assessments to inform and improve student performance. San Francisco, USA: Jossey-Bass Publishers.

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