domingo, 14 de enero de 2018

Listas de cotejo o verificación

Seguimos con la serie de otro de los instrumentos utilizados para la evaluación del desempeño. Así vamos ampliando el repertorio para formas alternativas de evaluación. Espero que os guste y no olvidéis repasar las entradas dedicadas a las rúbricas (I) y (II).

Qué son las listas de cotejo o verificación


Una lista de cotejo es una herramienta que sirve para identificar la presencia o ausencia de conocimientos, destrezas o conductas.

Se caracterizan por una serie de ítems (criterios de desempeño), que expresan conductas o características, situadas generalmente en una columna. Mientras que en la otra columna están las casillas para tachar o marcar en un recuadro, o similar, los ítems completados.

(Este ejemplo es un producto que debía realizar el alumnado, una baraja tipo la de los Pokemon o similar, pero con poliedros y sus características)

Así, son instrumentos ideales para la evaluación del desempeño, como ya mostramos en su día, junto a los registros observacionales, las escalas de valoración y las rúbricas. Y dentro de este conjunto de instrumentos, son idóneos para desempeños (procesos o productos) que pueden identificarse mediante la observación de aspectos muy concretos y específicos, y que además se pueden valorar en términos de cumplimiento/no cumplimiento. Es decir, no admiten gradación en frecuencias, modo, intensidad... Podemos diferenciar desde el aspecto del procedimiento de evaluación, listas de cotejo para valorar desempeños que impliquen procesos, de aquellas que implican la valoración de características de productos. En el primer caso se necesita observar al alumnado (en directo o en diferido) y en el segundo no es necesario.

Diseño de listas de cotejo

Para el diseño de las listas de cotejo, muy similar al de las rúbricas, se pueden seguir los siguientes pasos:

Pasos previos

  1. Identificar los referentes normativos (criterios de evaluación (legislación española), metas de logro, indicadores de éxito, estándares, objetivos…).
  2. En paralelo al paso anterior, identificar el desempeño o producto que va a observarse e identificar que tipo de información va a observarse en este contexto: uso del lenguaje, hábitos de trabajo (en grupo o individual), estrategias de aprendizaje, de resolución, reacciones, actividades concretas, interacciones en clase…
  3. Es el momento de especificar otros aspectos de las condiciones de observación (evaluación): a quién observar:

a.     alumnos/as individualmente o grupos de alumnos
b.     durante cuánto tiempo y con qué frecuencia
c.      cuándo: durante actividades integradas (implícitas) de aprendizaje o en actividades explícitas de evaluación.
d.     necesidad de registro de la información (si no es un producto): audio, video, fotografía…

Diseño

  1. Con el contexto anterior claramente delimitado, especialmente de la actividad, debemos ponernos en situación y generar frases que expresen resultados específicos que va a mostrar el alumnado, que se puedan observar.
  2. Determinar o seleccionar aquellas, que son fácilmente observables, que relacionadas con los referentes normativos que se han seleccionado en el paso 1, e indiquen conductas de éxito. Las que no cumplan con estos requisitos, descartarlas.
  3. Con las seleccionadas cabría hacer una síntesis de aquellas que puedan expresar una misma conducta de diferente forma, o mantener sólo una de ellas; reformular a un lenguaje sencillo, específico, sin ambigüedades y relevantes.
  4. Pasarlo a un formato que sea útil en el contexto de la observación. Bien fichas individuales o grupales. Y con espacio para incluir otro tipo de observaciones.
Otros pasos incluirían su mejora como instrumento con cuestiones de validez y fiabilidad, de las que se hablará en general para instrumentos de este tipo, en otra entrada.

Características de las listas de cotejo

  • Los criterios o ítem de éxito deben basarse en resultados esperados.
  • Deben ser suficientemente cortas para mantener su practicidad
  • Tener las destrezas (ítems) agrupados en secciones lógicas o distribuidas siguiendo un proceso desde el principio hasta el final.
  • Resaltar las tareas relevantes
  • Estar escritas con un lenguaje claro, redacción detallada para minimizar el riesgo de malas interpretaciones
  • Dejar espacio para otra información importante, como los datos del estudiante, los del profesor, la calificación o resultado.

Contextos de uso de las listas de cotejo


Concretamente, como se ha señalado anteriormente, sirven para identificar que se han completado tareas clave en un procedimiento, proceso o actividad. Generalmente se evalúa la conducta o característica manifiesta, pero algunas de ellas pueden ser clave para inferir actitudes. También pueden ser utilizadas para evaluar habilidades de pensamiento de alto nivel.

Por tanto, van a ser muy útiles en la observación de actividades en las que las conductas que manifiesten los alumnos son claves para evaluar si se ha conseguido un determinado objetivo de aprendizaje, meta o indicador de logro, criterio de evaluación (en la legislación española)... Pueden ser utilizadas fundamentalmente en asignaturas como: educación física, educación artística o para evaluar destrezas o productos específicos de otras materias como matemáticas, lenguas o ciencias en menor medida.

Como ocurre con otros instrumentos de evaluación del desempeño, los alumnos pueden utilizarlas como guía para completar proyectos, procedimientos, productos…tanto en grupo como individualmente. También pueden utilizarlas para su propia evaluación (autoevaluación) sea un grupo o un individuo, o en la evaluación de pares (compañeros; coevaluación). Obviamente el profesorado puede utlizarlas tanto en la evaluación de estudiantes individualmente, como de grupos o el grupo-clase.

Algunas recomendaciones con alumnado
  • Si las van a utilizar como guías o como instrumento de autoevaluació o coevaluación, asegurarse de que comprenden los criterios (ítems).
  • Compartir nuestras observaciones con los estudiantes. Realizar observaciones específicas y describirles cómo poder mejorar en su proceso, demostrando o promoviendo determinados tipos de pensamiento, de destrezas, actitudes…
Algunas recomendaciones para el profesorado:
  • Analizar perfiles de desempeño a lo largo de varias sesiones utilizando la lista, o con diferentes clases, alumnos…Esto también ayudará a ver inconsistencias en nuestro lista de cotejo y mejorar su diseño.
  • Usar la información recopilada para modificar o mejorar el proceso de enseñanza (lecciones, instrucciones que damos, actividades que diseñamos…)

Calificación con listas de cotejo

Generalmente, desde el punto de vista sumativo, los ítems conseguidos o completados de una lista de cotejo se califican con un 1 y los no conseguidos con un 0. De esta forma, en una lista de cotejo con 10 ítems, si se han acertado 5, la puntuación obtenida será de 5 (sobre 10). Y así podríamos alinear esta puntuación con un sistema de calificación. En España, un 5 corresponde a un SUFICIENTE (aprobado) en una escala que va de 1 a 10 puntos.

Si el número de ítems no correspondiese a una escala reconocible en el sistema, siempre pueden realizarse las conversiones pertinentes. Por ejemplo, una lista con 15 ítems, en la que se aciertan 9 ítems, ¿cómo podría convertirse a una escala de 1 a 10? Pasamos de una escala de 0 a 15, a una de 1 a 10. La conversión que todos realizamos intuitivamente es siguiendo una regla de tres: si 15 es un 10, un 9 será x. En teoría: x= 10 x 9 /15 = 6. ¡Y listos! Pero esta operación es de todas todas incorrecta, en este caso. Gráficamente lo que ocurre es esto:



Por tanto la conversión a puntuación de la escala 1 al 10 se debe hacer primero estableciendo la constante con la otra escala, la de 0-15, siguiendo el ejemplo. Y el problema está en el origen, en un caso es 1 y en otro 0 (esto pasa mucho con las rúbricas). Por tanto la fórmula para establecer la constante, en casos donde el origen es distinto es:

Fórmula = Escala menor (valor máximo - valor mínimo) / Escala mayor (valor máximo - valor mínimo)

En nuestro ejemplo: (10-1) / (15-0) = 9 / 15 = 0,6

Y ya está. Un 0 en nuestra lista de cotejo sería un 1 en la escala de referencia (1 al 10), el origen, y la puntuación obtenida de 9 sería en la escala 1 a 10 como sigue:

1 (origen) + (9 x 0,6) = 6,4

Algo más de lo que habíamos obtenido al principio (un 6). ¡Que luego se promedia todo!
Si ambas escalas parten del mismo origen, con la regla de tres es suficiente. De hecho, la regla de tres establece en realidad una ratio.

Usos formativos de la evaluación, más allá de la calificación

Sin embargo, desde el punto de vista que defiendo siempre a lo largo de mis entradas, si algo tiene de valor la evaluación es que puede proporcionar tanto al alumnado y profesorado elementos de juicio sobre cómo y qué aprenden y cómo enseñan respectivamente, y hacia donde pueden ir encaminados sus siguientes pasos en un proceso de mejora continua. La calificación es una síntesis que generalmente no está alineada con una descripción homogénea de la competencia adquirida.
Así, las listas de cotejo pueden:
  • En un proceso con ítems secuenciados, en qué nivel del proceso se ha quedado un alumno/a (qué destrezas ha adquirido dentro de éste y cuáles le faltan para finalizar con éxito).
  • En un desempeño que implique destrezas de diferente dificultad, observar que se adquieren unas (las más sencillas) y no otras (las más complejas). Pueden ser de índole cognitiva, psicomotriz, afectivas…Si además las ordenamos en la lista, se verá claramente que la puntuación está alineada con la descripción que podemos hacer de la competencia.
  • En un desempeño con diferentes secciones o aspectos diferenciados, por ejemplo destrezas individuales y destrezas de trabajo cooperativo o participación…diferenciar de dónde proviene la calificación y dar información relevante sobre uno u otro aspecto.

Un ejemplo de destreza psicomotriz en un contexto de juego con pelota (Ed. Infantil). En este caso los ítems están ordenados de menor a mayor complejidad en la conducta psicomotriz (aproximadamente), que se puede manifestar en el juego observado:


Para saber más

British Columbia Institute of Technoloy (2010). Developing checklists and rating scale. Autor.
Brookhart, S. M. (1999). The Art and Science of Classroom Assessment: The Missing Part of Pedagogy. ASHE-ERIC Higher Education Report 27 (1).