Puede ser cierto que su conocimiento sea nuevo para muchos de vosotros y vosotras, pero las rúbricas ya llevan con nosotros un tiempecito. En la mayor parte de blogs y publicaciones informales, como esta, se cuentan sus bondades, sus incovenientes, el aspecto que tienen, la definición, los tipos... Así, que el objetivo de esta entrada es proporcionar un poco de conocimiento nuevo a lo que no se cuenta de ellas, entre otras cosas de dónde y en qué contexto surge la idea de este instrumento, qué definición de entre las observadas se asume y para qué tipo de aprendizajes es más útil y efectivo utilizarlas.
Un poco de historia...
Alguien podría preguntarse, ¿en qué momento hicieron aparición las rúbricas en el contexto de la evaluación? Pues ya hace tiempo, más del que podemos imaginar. Allá a mediados de 1970 ya se estaba utilizando un instrumento similar, aunque aún no denominado rúbrica, para la evaluación holística de la composición escrita (standard developmental rating), como versión alternativa aplicada a la educación de las aplicadas en medicina. De hecho, muchos de los desarrollos de rúbricas se aplican a la evaluación de las destrezas lingüísticas, especialmente de expresión (oral o escrita), tanto en sus inicios, como en épocas cercanas a la nuestra. En algunos casos, se han denominado también escalas analíticas u holísticas, dependiendo del formato.
Popham comenta en un artículo de 1997 que el término rúbrica ya llevaba utilizándose hacía dos décadas (What's wrong -and what's right- with rubrics). En cualquier caso, unos años arriba o abajo, e independientemente de quién fue el primero en utilizarlo nos situamos en una época de cambio curricular en los EE.UU. de América, del paso de objetivos (operativos) concretos y centrados en contenidos, a la definición de estándares amplios, con destrezas complejas implícitas (trabajo cooperativo, toma de decisiones, pensamiento crítico y creativo...). Obviamente, los tests objetivos, más o menos estandarizados, con preguntas de elección múltiple, van dando paso a otro tipo de pruebas donde el alumnado ha de demostrar su desempeño en contextos más o menos cercanos a la realidad. Es cuando empiezan a acuñarse términos limítrofes en evaluación: alternativa, de desemepeño (performance) o auténtica. Y es cuando el profesorado necesita de otro instrumento para evaluar esas demostraciones de lo que se ha aprendido: las rúbricas.
Popham comenta en un artículo de 1997 que el término rúbrica ya llevaba utilizándose hacía dos décadas (What's wrong -and what's right- with rubrics). En cualquier caso, unos años arriba o abajo, e independientemente de quién fue el primero en utilizarlo nos situamos en una época de cambio curricular en los EE.UU. de América, del paso de objetivos (operativos) concretos y centrados en contenidos, a la definición de estándares amplios, con destrezas complejas implícitas (trabajo cooperativo, toma de decisiones, pensamiento crítico y creativo...). Obviamente, los tests objetivos, más o menos estandarizados, con preguntas de elección múltiple, van dando paso a otro tipo de pruebas donde el alumnado ha de demostrar su desempeño en contextos más o menos cercanos a la realidad. Es cuando empiezan a acuñarse términos limítrofes en evaluación: alternativa, de desemepeño (performance) o auténtica. Y es cuando el profesorado necesita de otro instrumento para evaluar esas demostraciones de lo que se ha aprendido: las rúbricas.
Definición de rúbrica
Instrumento de valoración que utiliza, de forma graduada, la descripción cualitativa de los criterios de realización de una tarea o actividad compleja a evaluar.
El término rúbrica, en
el contexto de la evaluación, proviene del inglés scoring rubric, que traducido literalmente es “rúbrica para
puntuar”. Según el Longman Dictionary of Contemporary English,
el término rubric es un conjunto de
instrucciones o una explicación en un libro o examen, etc. Con el adjetivo, y
tomado de manera literal, se está diciendo que es un conjunto de instrucciones
que sirve para puntuar.
En el diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española, en su 23ª edición, también se define rúbrica.
Así, las referencias remiten al uso en la firma (esos rallajos que
hacemos encima de nuestro nombre, quien los haga, cuando firmamos algún
documento) o a un uso más antiguo, que remite además a la etimología de la
palabra, derivada del latín ruber
(rojo), que era
el color utilizado en los epígrafes o rótulos de los libros y probablemente en
el conjunto de las reglas de la liturgia. Como curiosidad, Jose Antonio Millán en el primer capítulo de su libro El candidato melancólico hace mención a rúbrica y otras derivadas de la misma raíz: rubor, rubí, rubeola…
Dejando la cuestión
estrictamente léxica y centrándose en la cuestión pedagógica, en distintos
libros, artículos y otro tipo de documentos que tratan las rúbricas, suelen
aparecer diferentes definiciones. Por ejemplo, la del glosario de términos de
pruebas estandarizadas del EducationalTesting Service (ETS), que define rúbrica como “un conjunto de reglas para puntuar las respuestas a un
ítem de respuesta construida, a veces
denominado guía de puntuación o valoración (scoring
guide)". Personalmente, creo que no es una definición de aplicación general
por estar demasiado contextualizada en pruebas estandarizadas. Así, las “guíasde valoración” utilizadas en las pruebas PISA, por ejemplo, no son estrictamente
una rúbrica. La rúbrica requiere de algunas características más específicas.
Contextos de aplicación
- Conocimientos procedimentales
- Habilidades de alto nivel (pensamiento crítico, analítico o creativo)
- Desarrollo de hábitos sociales
- Habilidades de trabajo cooperativo
- Conductas en procesos de toma de decisiones...
Así que obviamente necesitan de pruebas que:
a) Sean diseñadas para potenciar el pensamiento y la reflexión, la construcción de significados y su comprensión profunda.
b) Tengan un valor instruccional, es decir que estén integradas como actividad propia de instrucción y no como actividad de evaluación descontextualizada y aislada, sólo diseñada para evaluar.
c) Evalúen contenidos amplios del currículum centrándose en conjuntos de habilidades, destrezas, competencias. Así, tomando como referencia los criterios de evaluación, serían multicriteriales.
Si esta es tu opción metodológica, sin duda las rúbricas serán el instrumento preponderante en la evaluación que hagas.
Al respecto de la evaluación del desempeño, por ejemplo, existen otras alternativas como la lista de cotejo o las escalas observacionales, quizá más apropiadas cuando la información a registrar se limita a la determinación de si se cumple o no con unos criterios específicos. En el esquema siguiente se hace una clasificación de los distintos tipos reconocidos para la evaluación del desempeño, y las rúbricas se sitúan como un tipo de escala o guía de valoración. La explicación sobre el tipo de rúbricas (analíticas u holísticas) se dará en la segunda parte de esta entrada.
Elementos constituyentes
Cierro la entrada con los elementos que conforman una rúbrica, los que se pueden encontrar en cualquier rúbrica analítica u holística.
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